Las nuevas autoridades de Siria extendieron este viernes los toques de queda en las provincias costeras de Latakia y Tartús hasta la mañana del sábado, en medio del repunte de la violencia entre las fuerzas de seguridad y combatientes leales al antiguo régimen que ha dejado más de 70 muertos.
La agencia de noticias oficial siria SANA dijo que el toque de queda en Latakia fue extendido hasta las 9.00 de la mañana del sábado y el de Tartús hasta las 10.00 horas de mañana para continuar con las operaciones contra los miembros afiliados al régimen del presidente Bachar al Asad, derrocado el pasado 8 de diciembre.
El jefe de la Inteligencia siria, Anas Jattab, dijo que según las primeras pesquisas, “ex líderes militares y de seguridad afiliados al extinto régimen están detrás de la planificación” de estos ataques contra las nuevas fuerzas que controlan Damasco, mientras que aseguró que están dirigidos por “algunas figuras fugitivas fuera del país”.
Hasta el momento no hay un recuento oficial de muertes, si bien el Observatorio Sirio de Derechos Humanos informó de que más de 70 personas -entre ellas cuatro civiles- han muerto en estos enfrentamientos que tienen lugar principalmente en la localidad y las afueras de Jableh, en Latakia.
El portavoz del Ministerio de Defensa sirio, hassan Abdulgani, dijo a SANA que las fuerzas de seguridad “lograron un rápido progreso en el terreno y restablecieron el control sobre las áreas que fueron testigo de ataques traicioneros contra el personal de seguridad pública”.
Asimismo, indicó que se están llevando operaciones de asedio para cercar a los combatientes leales a Al Asad, mientras que las fuerzas del Ministerio “continúan avanzando de acuerdo con los planes operativos aprobados”.
Este es el peor incidente de seguridad desde el derrocamiento del régimen de Al Asad el pasado 8 de diciembre, cuando las nuevas autoridades de Damasco lideradas por el ahora presidente interino de Siria, el islamista Ahmed al Sharaa, tomaron el poder.
Según el Observatorio, miembros leales al antiguo presidente tomaron el control de puntos militares como la base aérea de Astamu y Al Qardaha, mientras que se atrincheraron en “áreas difíciles de las montañas de Latakia”, desde donde también lanzaron ataques contra las fuerzas de seguridad de la nueva administración.
Otros atacantes también se atrincheraron en edificios de la ciudad de Jableh, donde se han producido ataques de guerrilla, por lo que los ministerios de Defensa e Interior mandaron grandes refuerzos desde las provincias norteñas de Idlib, Alepo y Hama para apoyar a sus fuerzas.
Ante esta ola de violencia, cientos de personas salieron a las calles de varios puntos de Siria en apoyo del nuevo Gobierno.
Las fuerzas sirias lanzaron hace tres días una campaña de seguridad en Latakia después de que fieles a Al Asad mataran a dos efectivos en una emboscada, según SANA, en un momento en el que las nuevas autoridades están efectuando amplios operativos contra miembros del antiguo régimen.
Latakia es un antiguo feudo de la familia Al Asad y el núcleo de la minoría alauita, rama del chiísmo que profesa el derrocado presidente ahora exiliado en Moscú. EFE