El 50% de los mensajes en X sobre feminismo son negativos

El 50% de los mensajes en X sobre feminismo son negativos

● En República Dominicana las comunidades antifeministas generan un 48% más de conversación que el promedio en los 12 países, siendo el país en que el antifeminismo genera más volumen de conversación en proporción.

Cuanto más se habla de igualdad, más diversa y moderada es la conversación. Sin embargo, los
datos indican que no vamos en esa dirección. En los últimos tres años las consultas sobre
“igualdad” y “feminismo” en internet han caído un 40% y un 50% respectivamente. En X el
diálogo no solo se ha estancado sino que ha aumentado la polarización, hasta el punto de que
el 50% de los mensajes sobre feminismo en esta red social ya son negativos. Esta es una de las
principales conclusiones que recoge el informe “SIN FILTRO” que ha sido elaborado por LLYC en
el marco del 8M, Día Internacional de la Mujer.

El informe analiza cómo las redes sociales se han consolidado como una herramienta de ataque
contra el discurso feminista y qué hay detrás de estas comunidades. El 98% de los perfiles anti-
igualdad tiene, por ejemplo, una fuerte carga política y se encuentran radicalizados, lo que
dificulta el diálogo. Quienes dudan o se definen como escépticos con esta causa tienen 1,6
veces más probabilidades de caer en posturas extremistas que de abrirse a ella.

Además, el estudio identifica las principales justificaciones de los contrafeministas para
rechazar el movimiento -como la idea equivocada de que la causa ya ha ido demasiado lejos, o
la percepción de la pérdida de privilegios entre el colectivo masculino-, así como las estrategias
que emplean los diferentes grupos para defender sus ideas.

El discurso anti-igualdad es más endogámico y prevalecen argumentos basados en la desinformación y la descalificación. Recurren a los insultos 3 veces más que bando feminista y en la mitad de todos sus mensajes siempre utilizan términos connotativos contra los que no piensan como ellos, sin aportar alternativas o propuestas.

En República Dominicana las comunidades antifeministas generan un 48% más de conversación
que el promedio en los 12 países, siendo el país en que el antifeminismo genera más volumen
de conversación en proporción. Por el contrario, las comunidades feministas y pro-igualdad
producen un 60% menos de conversación que el promedio, siendo el país de los 12 estudiados
donde las comunidades feministas generan menor conversación.

No obstante, el bando feminista está sólo un 3% más disperso que el promedio de países,
resultando en un equilibrio habitual de dispersión para lo que resulta el promedio de los 12
países. Sin embargo, la dispersión del bando antifeminista se encuentra un 20% por encima del
promedio, resultando en un bando antifeminista plural y diverso en lo que respecta al
promedio (4ª posición en el ranking).

El análisis ha revelado que 1 de cada 4 mensajes antifeministas en República Dominicana (24%)
asocia al feminismo como un movimiento que atenta contra la tradición, la familia y los valores,
siendo el país que más lo acusa en estos términos. Además, el interés y las búsquedas de
Google acerca de la Igualdad y el Feminismo son un 39% inferiores respecto a hace 3 años en el
país.

“El informe constata que los bandos feminista y contrafeminista están cada vez más alejados,
impulsados en gran medida por la radicalización de la propia conversación, las corrientes
políticas y la crisis identitaria de algunos colectivos. Sin embargo, las cifras dejan claro cómo se
ha estigmatizado injustamente al bando feminista y también que la idea de que se habla
demasiado igualdad es falsa. La conversación se ha estancado y hay riesgo de retroceder en los
avances conseguidos. El ruido y un ecosistema digital que amplifica la confrontación no nos
debe hacer perder el centro del debate”, asegura Luisa García, CEO Global de Corporate Affairs
y coordinadora del estudio.

Para realizar este informe, LLYC ha analizado la conversación en X en 12 países de
Latinoamérica, Europa y EE. UU., lo que ha permitido estudiar 8,5 millones de mensajes de
ambas comunidades. Además, se han contrastado los hallazgos con estudios de instituciones
reconocidas y medios de comunicación que respaldan la información obtenida. La investigación
ha empleado técnicas avanzadas de Aprendizaje Automático (Machine Learning), clustering y
procesamiento de lenguaje natural, así como métricas de dispersión para analizar la
distribución de cada comunidad y análisis de sentimiento para identificar las emociones en la
conversación.

Las 10 principales conclusiones del informe:

  1. En países donde el feminismo tiene mayor presencia en la agenda pública, la
    conversación es más diversa y moderada. En los territorios con menos debate sobre
    igualdad, el discurso contrafeminista es más agresivo, por ejemplo, en Brasil o España,
    la radicalización de la comunidad contrafeminista supera el 80%. Mientras, en países
    como Colombia o Argentina, donde la conversación es más equilibrada, la comunidad
    feminista es un 55% más diversa que la antigualdad.
  2. El contrafeminismo se define por ser un bando menos diverso y más radical. En
    países como Chile, España y EE. UU., más del 75% de los discursos antifeministas
    provienen de comunidades altamente homogéneas, sin diversidad interna. Además, en
    Brasil y EE. UU., el 85% de estos mensajes están vinculados a ideologías de derecha o
    extrema derecha, mientras que en Chile y Colombia un tercio asocia el feminismo con
    ideologías extranjeras, reforzando una percepción de injerencia política y cultural.
  3. Las RRSS se han consolidado como una herramienta de ataque. Gran parte del
    discurso contrafeminista se basa en la deslegitimación a través de ataques y
    estereotipos. En Argentina, uno de cada cinco mensajes contrafeministas usa términos
    para desacreditar a las feministas como “puta” o “mal cogida” y otros como “lesbiana”,
    empleado con un intento de menosprecio y en sentido peyorativo. Por otra parte, en
    España y EE. UU., los ataques se centran en su apariencia. En X, los detractores recurren
    a la ridiculización y la exageración para presentar el feminismo como extremista,
    usando un tono satírico y sectario que dificulta el diálogo.
  4. Los escépticos del feminismo tienen más probabilidad de caer en el discurso
    antifeminista. En redes, el 98% de los perfiles contrafeministas ya están radicalizados,
    y quienes dudan tienen 1,6 veces más probabilidades de caer en discursos extremistas
    que de abrirse a la igualdad. Esta tendencia es especialmente fuerte en Chile, Colombia,
    EE. UU., España y Argentina, donde las comunidades antifeministas están más
    organizadas. En contraste, el feminismo sigue siendo más diverso y moderado; en
    España, por ejemplo, los defensores de la igualdad superan en siete veces a los
    escépticos moderados.
  5. La radicalización de la conversación puede estar influyendo en que los hombres
    jóvenes se acerquen peligrosamente hacia el bando contrafeminista. Mientras las
    mujeres jóvenes se consolidan como el grupo más feminista y políticamente activo, un
    creciente número de hombres jóvenes adopta posturas conservadoras. En Alemania y
    el Reino Unido, la brecha ideológica de género supera los 25 puntos, y en Corea del Sur
    y China es aún mayor, con movimientos que rechazan cualquier vínculo con los
    hombres en protesta contra el patriarcado.
  6. El bando contrafeminista cree que el movimiento es un peligro para la familia y
    los valores tradicionales. El 17% de la comunidad anti-igualdad considera al
    feminismo una amenaza para la familia y los valores tradicionales, mientras que el 15%
    cree que distorsiona la jerarquía que debería regir la vida de las mujeres. Sin embargo,
    la verdadera amenaza no es el feminismo, sino la falta de corresponsabilidad y
    equidad. Las mujeres aún dedican tres veces más tiempo que los hombres a tareas no
    remuneradas, según la OIT, y un 38% de las madres en EE.UU. y Canadá habrían tenido
    que abandonar sus empleos sin opciones de trabajo flexible, según McKinsey.
  7. Las redes sociales han amplificado la polarización de género, favoreciendo la
    propagación de discursos machistas, especialmente entre los jóvenes. Los
    algoritmos de plataformas como X e Instagram priorizan la viralización de mensajes
    breves, como videos y memes, que simplifican y distorsionan temas complejos. Esto ha
    creado un terreno fértil para los discursos antifeministas, donde las reacciones rápidas
    amplifican la resistencia al feminismo. Un ejemplo claro de ello es el apoyo del 30% de los hombres de entre 16 y 29 años hacia las ideas promovidas por Andrew Tate, un influencer y exboxeador británico acusado de violación y tráfico de personas, que se autoproclama misógino.
  8. La polarización ideológica varía según el contexto local, con una creciente división
    entre comunidades. En Chile, tanto el feminismo como el movimiento contrafeminista
    son sorprendentemente homogéneos, siendo el feminismo tres veces menos diverso y
    el contrafeminismo cuatro veces menos diverso que el promedio global. En contraste,
    Ecuador destaca por su mayor pluralidad, con un feminismo un 55% más diverso y un
    contrafeminismo un 22% más variado.
  9. La presencia de figuras públicas en el debate feminista está intensificando la
    polarización social. Las comunidades con mayor concentración de perfiles públicos,
    especialmente en el sector anti-igualdad, muestran una radicalización que alcanza
    entre el 55% y el 70% de las posturas. En países como Colombia, el feminismo se
    mantiene más moderado, mientras que en España, las figuras públicas feministas
    adoptan una postura más confrontativa.
  10. Una percepción errónea común es que el feminismo otorga ventajas injustas,
    como las cuotas de igualdad, interpretándolas como “trato preferencial”. Sin
    embargo, las mujeres ocupan solo el 25% de las posiciones en alta dirección, lo que
    refleja la persistencia del techo de cristal. También se cree que el sistema judicial
    favorece a las mujeres, especialmente en casos de violencia de género, pero por
    ejemplo, en España, solo el 0,001% de las denuncias en 2023 resultaron ser falsas. Estas
    distorsiones contribuyen al rechazo al feminismo y frenan la lucha por la igualdad real.