Las autoridades mexicanas llevaron este jueves a 29 personas requeridas por el gobierno de Estados Unidos, entre ellas el narcotraficante Rafael Caro Quintero, conocido por ser uno de los fundadores del Cártel de Guadalajara, enfrentará cargos en EE.UU. por narcotráfico y el asesinato en 1985 del agente de la DEA Enrique “Kiki” Camarena.
El operativo, sin precedentes en su magnitud, también incluyó la extradición de otros notables líderes del crimen organizado, como los hermanos Miguel Treviño Morales y Omar Treviño Morales, conocidos como “El Z-40” y “El Z-42”, respectivamente, quienes fueron responsables de dirigir el infame Cártel de Los Zetas.
Según confirmaron fuentes federales a la agencia The Associated Press, el traslado se realizó desde diversas prisiones mexicanas, y las personas extraditadas enfrentan cargos relacionados con el narcotráfico y otros crímenes graves. Sin embargo, las autoridades mexicanas optaron por no revelar todos los nombres de los extraditados, alegando motivos de seguridad.
Caro Quintero, quien fue detenido en julio de 2022 en el noroeste de México, ha sido uno de los objetivos más buscados de la DEA debido a su responsabilidad en el asesinato de Camarena. Su captura representó un golpe significativo al narcotráfico en México, y marcó un hito dentro de los esfuerzos del gobierno de Andrés Manuel López Obrador para desmantelar las estructuras criminales más poderosas del país.
El fundador del Cártel de Guadalajara, nacido en Badiraguato, Sinaloa, fue una de las figuras más influyentes del narcotráfico mexicano desde finales de la década de 1970, cuando fundó el cártel junto a Joaquín “El Chapo” Guzmán, actualmente en prisión en EE.UU. Junto con Ismael “El Mayo” Zambada, Caro Quintero fue una pieza clave en la expansión de la influencia del Cártel de Sinaloa. Su arresto, tres décadas después de haber escapado de la justicia, es considerado uno de los mayores éxitos en la lucha contra el narcotráfico a nivel global.
El traslado de Caro Quintero y los otros miembros de grupos criminales hacia EE.UU. marca un hito en las relaciones de cooperación judicial entre México y su vecino del norte. El gobierno mexicano ha expresado su compromiso con la justicia y la lucha contra las organizaciones criminales internacionales, y continúa trabajando para desmantelar las estructuras de poder que han operado impunemente durante décadas.