Las huellas dactilares corresponden a las de un hombre detenido en 2013 por un caso de robo en el sur de Francia que dijo a la policía llamarse Sallah Alí, haber nacido en 1995 en Casablanca (Marruecos) y residido en Alemania e Italia.
Pero la reivindicación manuscrita que llevaba encima el jueves, en la que figura una bandera dibujada del grupo yihadista Estado Islámico (EI), está firmada con otro nombre. Además, en ella "dice ser tunecino y no marroquí", indicó este viernes el fiscal de París, François Molins.
"No estoy seguro en absoluto de que la identidad que él dio sea real (…) No está fichado con ese nombre por los servicios de inteligencia", explicó Molins. Habrá que "determinar la identidad" y analizar "un teléfono encontrado y dotado de una tarjeta alemana", agregó.
Armado con un cuchillo de carnicero y un falso cinturón de explosivos, el agresor se presentó el jueves por la mañana en una comisaría de un barrio popular del norte de París, enarboló el arma y gritó "Alá es el más grande". Los agentes abrieron fuego contra él y lo mataron.
El ataque ocurrió el día en que se cumplía un año del atentado yihadista que diezmó la redacción del semanario satírico Charlie Hebdo.
En su reivindicación en árabe, el hombre declaraba su lealtad a Abú Bakr al Bagdadi, el jefe del EI, según una fuente cercana a la investigación, que quedó a cargo de la fiscalía antiterrorista. En ese papel, explicaba su acto como una venganza por los "ataques a Siria", según la misma fuente.
– 'Ningún vínculo' con la radicalización violenta -Sin embargo, "lo que aparece muy claramente en lo que se conoce de esa persona" es que "no tiene ningún vínculo con la radicalización violenta", afirmó el jueves la ministra francesa de Justicia, Christiane Taubira.
El fiscal Molins señaló, por su parte, el carácter "multiforme" de la amenaza, con "actos organizados con logística y coordinación importantes" y al mismo tiempo "gente que pasa a la acción de manera aislada, con fondo de desequilibrio psíquico o simplemente porque quieren aplicar la consigna de asesinato permanente".
La comisaría atacada se encuentra en el barrio popular de la Goutte d'Or, sector multiétnico del norte de París, en el distrito 18. Este sector, al igual que el barrio de negocios de La Defensa, fue mencionado como blanco potencial de los yihadistas que cometieron los atentados del 13 de noviembre contra el Estadio de Francia, restaurantes del este de la capital y la sala de espectáculos Bataclan.
Esos atentados, los peores sufridos por Francia, causaron 130 muertos y cientos de heridos.
El jueves por la mañana, François Hollande había hablado de la necesidad de reforzar aún más las medidas de seguridad ante la amenaza de atentados yihadistas.
"La gravedad de la amenaza exige aumentar aún más" la seguridad, dijo en su discurso de Año Nuevo a las fuerzas de seguridad del Estado.
Los atentados de noviembre de 2015 llevaron a François Hollande a decretar el estado de emergencia.
El presidente confirmó el jueves que se está preparando un nuevo proyecto de ley para reforzar la seguridad.
Entre las medidas incluidas en ese texto, mencionó la flexibilización de las normas que enmarcan los controles de identidad, los registros de personas y vehículos y los allanamientos, así como el arresto domiciliario para los jóvenes radicalizados que regresen de Siria y de Irak.
El 7 de enero de 2015, los hermanos Cherif y Said Kouachi mataron a 12 personas en la redacción Charlie Hebdo. En los días siguientes, Amédy Coulibaly, vinculado con ellos, asesinó a una agente de la policía e hizo una toma de rehenes en un supermercado kósher, en el que mató a cuatro personas. Entre las 17 víctimas mortales de esos atentados figuran tres policías.
Esta semana, Hollande inauguró tres placas en memoria de las víctimas y una cuarta se desvelará el sábado.
Las conmemoraciones terminarán el domingo con una manifestación organizada en la plaza de la República.