La ciudad de Buriticupu, ubicada en el extremo noreste de la Amazonía brasileña, ha declarado el estado de emergencia debido a una grave crisis geológica que afecta a la región. En las últimas semanas, enormes socavones, algunos de varios metros de profundidad, han comenzado a abrirse en diversas áreas del municipio, amenazando directamente a aproximadamente 1,200 de los 55,000 habitantes de la localidad. Los residentes temen que sus viviendas puedan desplomarse debido a la expansión de estos peligrosos abismos.
Este fenómeno no es nuevo para la comunidad de Buriticupu, ya que los residentes han sido testigos de cómo el problema de la erosión se ha ido agravando a lo largo de los últimos 30 años. Las intensas lluvias han provocado la erosión de los suelos, especialmente vulnerables debido a su naturaleza arenosa. La situación se ha visto empeorada por una combinación de factores, incluidos la deforestación y las obras de construcción mal planificadas que han alterado el equilibrio natural de la tierra.
El fenómeno de los socavones, conocido localmente como “voçoroca” —un término de origen indígena que significa “desgarrar la tierra”— es un tipo de erosión que ocurre en áreas donde el suelo ha sido debilitado por factores naturales y humanos. Marcelino Farias, geógrafo y profesor en la Universidad Federal de Maranhão, ha explicado que este tipo de problemas se agravan en épocas de lluvias intensas, como la que está ocurriendo actualmente en la región.
La situación ha puesto en evidencia las limitaciones del municipio para enfrentar la crisis. Lucas Conceição, secretario de obras públicas de Buriticupu, reconoció que el gobierno local carece de la capacidad necesaria para abordar la magnitud del problema. “Los problemas abarcan desde los procesos de erosión hasta la reubicación de las personas que se encuentran en zonas de alto riesgo”, señaló el ingeniero.
La creciente preocupación en la comunidad es palpable. Antonia dos Anjos, una de las residentes afectadas, expresó su temor de que más socavones puedan aparecer, lo que refleja la angustia generalizada de los habitantes que temen una catástrofe geológica inminente. La falta de recursos y la creciente amenaza de nuevas aperturas de socavones están sumiendo a la población en un clima de incertidumbre y desesperación.
El gobierno municipal de Buriticupu, junto con expertos y autoridades locales, se encuentran trabajando en la evaluación de la situación y en la búsqueda de soluciones para mitigar los efectos de esta crisis geológica, aunque las autoridades han subrayado la necesidad de apoyo estatal y federal para hacer frente a los desafíos que plantea la situación.
Este caso destaca la urgente necesidad de abordar los problemas ambientales y geológicos que afectan a las comunidades en la región amazónica, especialmente en un contexto de cambios climáticos y actividades humanas que agravan la vulnerabilidad del territorio.