Un tribunal de Alaska condenó a Armando Velador-Padilla, de 50 años, a 60 años de prisión, con 10 en suspenso, por asesinar a su hija Darla Velador, de 22 años, y a su perro Max en un ataque impulsado por delirios.
El crimen ocurrió el 23 de abril de 2021 en Anchorage. Velador-Padilla, quien sufría esquizofrenia, aseguró que escuchaba voces que lo incitaban a “matar al diablo” que, según él, habitaba en su hija. Durante el juicio, las autoridades señalaron que su enfermedad mental era resistente a la medicación y que había incumplido tratamientos incluso estando detenido.
A pesar de su diagnóstico, el tribunal lo declaró apto para ser juzgado y se declaró culpable de asesinato en segundo grado y crueldad animal.
Darla Velador, recordada como una joven carismática y amante del arte, dejó un hijo pequeño y una comunidad que aún llora su pérdida. Su exdirector escolar, Adam Mokelke, destacó su fortaleza para graduarse mientras era madre joven y la describió como una persona magnética y llena de vida.
