La comunicadora Nuria Piera ha calificado de “cloacas” a ciertos medios digitales que se dedican a la desinformación, la manipulación y el insulto, advirtiendo que este fenómeno se ha convertido en un terreno propicio para el desprestigio, el ataque personal y el chantaje, lo que dificulta que la sociedad distinga entre periodistas serios y aquellos sin escrúpulos.
Piera expresó su apoyo a colegas como Edith Febles, Altagracia Salazar, Marino Zapete, Huchi Lora y Mariasela Álvarez, quienes han sido objeto de una campaña de difamación tras la difusión de una lista que sugiere que reciben fondos del extranjero.
La también abogada instó a las autoridades a reevaluar el marco regulatorio de estas plataformas digitales.
Criticó cómo las redes sociales han permitido que cualquier persona pueda acusar, insultar y menospreciar sin enfrentar las consecuencias legales que se aplican a los medios tradicionales. Además, tildó de “borregos” a quienes propagan estas informaciones engañosas sin realizar la debida investigación, enfatizando que critican a otros sin reconocer sus propias faltas.
Piera también pidió al gobierno que mejore los criterios para la asignación de fondos públicos a estos medios, advirtiendo que el objetivo de quienes difunden mentiras es igualar a los periodistas serios con los corruptos, fomentando la idea errónea de que todos tienen un precio.
Destacó que en este caso particular fue sencillo desmentir las acusaciones, ya que los nombres mencionados pertenecen a profesionales reconocidos por su integridad y compromiso con causas justas. Piera consideró que la intención detrás de estas campañas es causar daño en lugar de informar con veracidad, deseando que todos se asemejen a quienes carecen de ética.
La periodista subrayó la debilidad de la legislación actual, que aborda la difamación e injuria principalmente en medios tradicionales como la prensa escrita, la radio y la televisión, mientras que las redes sociales operan en un vacío legal que permite la difusión de información falsa sin control. Aunque existe una ley de delitos electrónicos, su implementación no parece ser suficiente para detener estos abusos.
Finalmente, Piera advirtió que las redes son frecuentemente utilizadas para campañas de difamación y manipulación de la opinión pública, donde la rapidez en la propagación de mentiras puede causar daños irreparables, subrayando que, a menudo, una vez que se difunden falsedades, su corrección ya no tiene impacto. Reconoció que, aunque la libertad de expresión es un derecho fundamental, no debe ser utilizada como un justificante para la difamación sin consecuencias.