Redacción Internacional.- Catherine Seemer, enfermera de Nueva York que estafó a un programa federal de condonación de préstamos para personas con discapacidades por $11,2 millones de dólares, fue sentenciada a cinco años de prisión tras admitir su crimen.
La jueza Cathy Seibel dictó la sentencia a Seemer, residente de Elmsford de 44 años, en una audiencia en un tribunal federal de White Plains. La pena incluye tres años de supervisión posterior a la liberación, según un comunicado de la fiscalía.
Seemer llevó a cabo el fraude al presentar 125 solicitudes fraudulentas en el marco del programa federal de condonación de préstamos estudiantiles por incapacidad total y permanente, haciéndose pasar por 12 médicos diferentes entre junio de 2017 y marzo de 2022, según los registros judiciales. Tres meses después fue arrestada.
Los federales dijeron que Seemer se embolsó más de $635,000 dólares en honorarios a través de las estafas, monto que acordó devolver en restitución cuando se declaró culpable de fraude de ayuda financiera federal para estudiantes y robo de identidad agravado en marzo de 2024.
El programa de condonación de préstamos operado por el Departamento de Educación (DOE) condona las obligaciones de préstamos estudiantiles a personas que viven con discapacidades permanentes, incluidos los veteranos militares, comentó Daily News.
Seemer, quien era enfermera desde 2017, les dijo a los prestatarios que era responsable de identificar y obtener ayuda financiera, subvenciones y otras formas de alivio de préstamos, engañando a muchos para que creyeran que eran elegibles a través de su apoyo a ancianos, enfermos o familiares con discapacidades, según los registros judiciales. Luego presentó solicitudes fraudulentas a nombre de ellos, falsificando firmas y números de licencia médica, para certificar falsamente diferentes diagnósticos y cobrando un porcentaje del monto total del préstamo cancelado.
Antes de la sentencia del miércoles, los fiscales dijeron a a la jueza que el fraude de Seemer “no fue una decisión aislada y mala en un momento de necesidad”, sino una que llevó a cabo durante cinco años y que descarrilaría a sus víctimas en el futuro.
“Hace años, a cada una de estas víctimas se les hizo creer que se habían librado legalmente de decenas o cientos de miles de dólares de deudas estudiantiles. Las víctimas inevitablemente han tomado decisiones financieras en sus vidas en el ínterin, ya sea unas vacaciones, la compra de una casa o gastos similares”, escribió el fiscal federal adjunto Qais Ghafary.
“Lo hicieron basándose en la falsa sensación de seguridad de que estaban libres de deudas y podían permitírselo. La eventual restitución de $11.2 millones de dólares en préstamos estudiantiles tendrá un efecto sísmico en el bienestar financiero de estas víctimas”.
En 2023 una enfermera se declaró culpable de fraude y lavado de dinero al recaudar $1,5 millones de dólares vendiendo tarjetas de vacunas falsas durante la pandemia de COVID-19 en Long Island (NY).
En otro caso similar, en diciembre trascendió que un asilo de ancianos en Nueva Jersey supuestamente había estafado a Medicaid por millones de dólares, según dijeron funcionarios estatales en un informe mordaz de 52 páginas.
En noviembre el ex agente NYPD Jason Rodríguez se declaró culpable de conspiración para cometer fraude electrónico y estafar a inversores por millones de dólares diciéndoles que había dejado la fuerza policial debido a su éxito en los mercados de divisas globales.
En octubre Juan Vélez, ex banquero personal de Citibank en Manhattan (NYC), admitió que le robó $166,000 dólares a un anciano con demencia y utilizó parte del dinero para comprarse una motocicleta Harley-Davidson.
También en marzo una mujer se declaró culpable de un plan de fraude de unos $3.5 millones de dólares durante seis años, cuando era Directora de Finanzas y Administración en la Universidad de Nueva York (NYU).
En febrero de 2024 otro hispano fue arrestado por supuestamente afirmar falsa y repetidamente que era el dueño del “The New Yorker”, hotel icónico abierto en 1930 en Midtown Manhattan.
Fuente: El Diario