Los pulpos tienen un cromosoma sexual que es de los más antiguos conocidos y es probable que exista desde hace 480 millones de años, un descubrimiento que ha servido también para determinar que algunos cefalópodos usan cromosomas para determinar su sexo.
El descubrimiento, que publica Current Biology y se explica en un estudio encabezado por la Universidad de Oregón (EE. UU.), se hizo en el pulpo californiano de dos manchas (Octopus bimaculoides).
El hallazgo también demuestra que los pulpos y otros cefalópodos, una clase de animales marinos que incluye calamares y nautilos, utilizan cromosomas para determinar su sexo.
En los seres humanos y la mayoría de los mamíferos, el sexo viene determinado, en gran medida, por los cromosomas. Pero, hay una gran diversidad en la forma en que los animales lo determinan.
Las tortugas, por ejemplo, lo hacen por la temperatura a la que se incuban los huevos, mientras que algunos peces tienen un gen que determina el sexo, pero no un cromosoma completo.
Los cefalópodos no son animales de laboratorio al uso, por lo que solo se han secuenciado los genomas de unas pocas especies de pulpo, sin poder vincular los genes a rasgos específicos, como en el caso de los ratones o los humanos.
El equipo secuenció el ADN de una hembra de pulpo de dos manchas de California y descubrió un cromosoma con solo la mitad de material genético. Tenía un aspecto diferente de todos los demás y no se había encontrado en pulpos macho cuyo ADN se había secuenciado previamente.
“Este cromosoma en concreto tenía la mitad de datos de secuenciación, lo que indicaba que solo había una copia” y tras analizarlo concluyeron que era un cromosoma sexual, explicó una de las firmantes del estudio Gabby Coffing, de la Universidad de Oregón.
Para confirmarlo, analizaron datos genómicos de pulpos recogidos previamente por otros investigadores, aunque no en todos los casos se habían etiquetado claramente como machos o hembras.
Los investigadores hallaron otro ejemplo del cromosoma en otra especie de pulpo, así como en calamares, que evolucionaron a partir de los pulpos hace entre 248 y 455 millones de años, y en el nautilo, un molusco que se separó del pulpo hace aproximadamente 480 millones de años.
Estos cromosomas, como influyen directamente en la capacidad reproductora, están sometidos a una gran presión selectiva y tienden a sufrir rápidos cambios evolutivos, pero los cefalópodos parecen haber encontrado lo que funciona y lo han mantenido.
El equipo consideró inicialmente que los pulpos podrían tener un sistema de determinación del sexo similar al de las aves y las mariposas, en el que los machos son ZZ y las hembras ZW.
Los biólogos han dado letras diferentes a los sistemas de determinación del sexo en los que los machos tienen dos copias del mismo cromosoma sexual, para evitar confusiones con el sistema XX/XY en el que las hembras tienen dos copias del mismo cromosoma, explicó la Universidad de Oregón.
El equipo aún no ha encontrado un cromosoma W en un pulpo, por lo que otra posibilidad es que tengan un sistema de determinación del sexo en el que solo intervenga el Z: los machos tienen un par y las hembras solo uno, pero es algo aún por determinar.