Unos 1.400 millones de chinos dijeron adiós al año del dragón y dieron desde anoche la bienvenida al año de la serpiente, que simboliza la sabiduría o la buena fortuna en el zodíaco tradicional y que comienza hoy con celebraciones familiares en todo el país.
Este 2025 es el turno de la serpiente de madera, un símbolo relacionado con el encanto, la inteligencia y la creatividad, aunque también con el secretismo o la astucia.
Pese a su mala fama en Occidente, para los chinos la serpiente es un símbolo sagrado: una leyenda tradicional china cuenta que Nüwa y Fuxi, que tenían cabezas humanas pero cuerpos de serpiente, fueron los creadores de la humanidad. Y, además, el símbolo está relacionado con el mitológico dragón tanto que su nombre en el zodíaco es precisamente “pequeño dragón”.
La celebración comienza con la cena de la ‘Nochevieja china’, con los famosos ‘jiaozi’ (empanadillas al vapor) como estrella, y la famosa gala anual retransmitida por la televisión estatal CCTV, donde el protagonismo este año se lo llevaron unos robots humanoides que se han hecho virales en redes tras ejecutar un baile regional.
La tradición llama a quedarse despierto hasta la medianoche y lanzar petardos y fuegos artificiales para ahuyentar malos espíritus. No obstante, en algunas zonas de las grandes urbes ya no se pueden escuchar porque fueron prohibidos por cuestiones de seguridad y para evitar una mayor contaminación atmosférica.
Tras ello, este primer día del año lunar suele destinarse a visitar a familiares para entregarles los populares ‘hongbao’, sobres de color rojo con dinero dentro que se utilizan para desear fortuna. Y, para los más religiosos, es un momento ideal para acudir a los templos y orar.
Wu y Zhang, una pareja de jubilados de la ciudad central de Chengdu, no solo recuerdan qué hacer en estas fechas sino también qué evitar: “En el primer día del año, se dice que no hay que recoger la casa, ni barrer el suelo, ni cortarse el pelo”.
Desplazamientos masivos
“Estas vacaciones, nos quedaremos en Chengdu y alrededores. Como mucho, haremos alguna visita a algún pueblecito cercano, pero volviendo en el mismo día. Como estamos jubilados, evitamos viajar en estas fechas, es todo mucho más caro. Esperamos a un momento más económico”, cuentan a EFE estos pensionistas.
Y es que, durante una semana, el segundo país más poblado del mundo se paraliza: los chinos aprovechan su principal época festiva del año para visitar sus lugares de procedencia en el conocido como ‘chunyun’, la mayor migración anual del planeta, que espera batir récords este año con unos 9.000 millones de desplazamientos.
El año pasado ya se esperaba superar esa marca, aunque finalmente el mal tiempo y los consiguientes retrasos y cancelaciones en los servicios de transportes la limitaron a unos 8.400 millones de viajes.
También hay quien aprovecha sus escasas vacaciones, como la sobrina de Wu y Zhang, Bin: “La gente que vive en la misma ciudad que sus padres y que los ve frecuentemente no nota esa misma presión en estas fechas. Tenemos pocas vacaciones al año y me gusta aprovechar estas escasas ocasiones para viajar al extranjero”, cuenta antes de tomar un avión con destino a Malasia.
Durante el ‘chunyun’ se prevé un promedio diario de 1,85 millones de viajeros cruzando las fronteras del país, con Japón, Tailandia y Corea del Sur liderando las preferencias de los turistas chinos debido a su cercanía y precios competitivos, países a los que se suman otros destinos del sudeste asiático como Vietnam o precisamente Malasia por sus políticas de visado gratuito.
En cualquier caso, ante los problemas que afronta la recuperación económica, el turismo internacional refleja un enfoque hacia experiencias más económicas, marcadas por la prudencia en el gasto, y en el plano nacional destaca el interés de los residentes del sur por provincias septentrionales como Jilin o Heilongjiang, donde pueden experimentar temperaturas bajo cero y deportes invernales.