¿La obesidad es una enfermedad? A veces, pero no siempre, deciden los expertos

¿La obesidad es una enfermedad? A veces, pero no siempre, deciden los expertos

¿Las personas obesas padecen una enfermedad? Un grupo de expertos en salud mundial que está analizando esta controvertida cuestión anunció el miércoles que la definición de obesidad debería dividirse en dos categorías y diagnosticarse utilizando mediciones más precisas.

Las recomendaciones pretenden superar la culpa y la discriminación que a menudo giran en torno a la obesidad, que se estima que afecta a más de mil millones de personas en todo el mundo.

“La idea de la obesidad como enfermedad está en el centro de uno de los debates más controvertidos y polarizadores de la medicina moderna”, afirma un artículo de la comisión de 56 expertos publicado en la revista Lancet Diabetes & Endocrinology.

Por un lado, se sabe que la obesidad aumenta el riesgo de padecer diabetes tipo 2, enfermedades cardíacas, algunos tipos de cáncer y otros problemas de salud. Por ello, la Organización Mundial de la Salud, entre otros, la considera una “enfermedad crónica compleja”.

Por otra parte, también hay muchas personas definidas como obesas que tienen pocos o ningún problema de salud subyacente y llevan una vida activa y saludable. Los activistas que hacen campaña contra la discriminación por peso, por ejemplo, no quieren que se considere automáticamente que las personas obesas están enfermas.

Al mismo tiempo, algunos pacientes y médicos creen que la obesidad debe considerarse una enfermedad para que reciba la atención -y las políticas ambiciosas- que requiere un problema de salud pública tan importante.

Francesco Rubino, cirujano bariátrico y profesor del King’s College de Londres, que presidió la comisión de expertos, dijo en una conferencia de prensa que “la controversia deriva del hecho de que quizás no todos tengan toda la razón y no todos estén totalmente equivocados”.

– Presentamos la ‘obesidad clínica’ –

Después de años de debate, la comisión buscó un camino intermedio, introduciendo dos nuevas categorías para las personas con obesidad.

Cuando la obesidad afecta las funciones de los órganos de las personas, debe considerarse una enfermedad distinta llamada “obesidad clínica”, dijo la comisión.

Los criterios para diagnosticar la obesidad clínica incluían problemas cardíacos, hepáticos o respiratorios, colesterol alto, apnea del sueño, dolor de cadera, rodilla o pies u otros problemas que afectan la vida diaria de las personas.

Las personas obesas que no presentan estos problemas deberían ser consideradas como si tuvieran “obesidad preclínica”, que amerita seguimiento pero no intervención médica, evitando así el riesgo de “sobrediagnóstico”, afirmó la comisión.

Para diagnosticar la obesidad en primer lugar, los expertos también recomendaron que los trabajadores de la salud vayan más allá del índice de masa corporal (IMC), que mide la relación entre el peso y la altura y se considera ampliamente inadecuado.

Instaron a realizar otras mediciones, como la circunferencia de la cintura, la relación cintura-cadera o incluso exploraciones de densidad ósea para obtener un diagnóstico más preciso.

Los expertos enfatizaron que se necesita más investigación para determinar qué porcentaje de personas caían en sus dos nuevas categorías.

Tampoco hicieron recomendaciones sobre la nueva generación de medicamentos para bajar de peso, como Wegovy, que han ganado popularidad desde que se formó la comisión.

– No todos están convencidos –

Algunos investigadores no involucrados en la comisión acogieron con agrado las recomendaciones.

Tom Sanders, profesor emérito de nutrición y dietética del King’s College de Londres, dijo que un reconocimiento oficial de la obesidad clínica “esperanzaría persuadir a los legisladores a considerarla como una discapacidad”.

“Esto tendría implicaciones en términos de discriminación, particularmente en el empleo, así como el estigma social asociado con la condición”, añadió.

Si bien las recomendaciones matizadas buscaban el consenso, también corrían el riesgo de no satisfacer a ninguna de las partes en un debate que se venía desarrollando desde hacía tiempo.

Algunos grupos que representan a los pacientes no querían escuchar que la obesidad no siempre es una enfermedad.

Anne-Sophie Joly, fundadora del Colectivo Nacional de Asociaciones de Obesos de Francia, calificó las recomendaciones de “contraproducentes” y dijo a la AFP que los expertos estaban desconectados de la “realidad sobre el terreno”, en la que los pacientes con obesidad no reciben la atención adecuada.

Los escépticos de que la obesidad sea una enfermedad tampoco quedaron satisfechos.

Sylvie Benkemoun, psicóloga que dirige el Grupo de Reflexión sobre la Obesidad y el Sobrepeso en Francia, explica a la AFP que las recomendaciones “no son suficientes, aunque tengan el mérito de iniciar un debate”.

Expresó su preocupación por el hecho de que los expertos dijeron poco sobre la atención brindada a los pacientes con obesidad y que era poco probable que las recomendaciones cambiaran mucho la actitud de los cuidadores.