Nueva York entrará a formar parte el próximo 15 de diciembre del puñado de estados donde existe una ley que prohíbe a los comercios vender perros, gatos y conejos producto de las granjas de criaderos, o “puppy mills”, denunciadas por activistas por las condiciones abusivas en que mantienen a estos animales.
A partir de la entrada en vigor de esta ley, que la gobernadora Kathy Hochul firmó en 2021, sólo se permitirá a los establecimientos vender gatos, perros y conejos procedentes de refugios y grupos de rescate, y no de criadores comerciales.
Así, Nueva York se unirá a 400 ciudades, pueblos y condados en 31 estados como California, algunas leyes solo aplican a perros producto de estas granjas.
Según la página de la Animal League Defense Fund, los animales de estas granjas de animales sufren crueldad y abandono extremos. Hacinados en jaulas pequeñas y sucias y privados de compañía y amor, las perras son obligadas a tener varias camadas cada año hasta que son demasiado mayores para reproducir. Cuando esto ocurre, suelen ser sacrificados o abandonados.
Las prohibiciones a la venta de estas mascotas ayudan a acabar con estas operaciones crueles al reducir la demanda de esos animales, indica la organización.
Las crías con fines comerciales suelen tener problemas congénitos por la mala crianza y pueden costarles a las familias miles de dólares en atención veterinaria y resultar en la muerte del animal.