Cuando el confllicto entre Rusia y Ucrania llega a su 1.000º día, el costo humano y económico sigue creciedo, mientras que ninguno de los bandos parece dispuesto a negociar.
Casi tres años después de que los tanques rusos entraran en Ucrania en febrero de 2022, las perspectivas son sombrías. Rusia está gastando enormes cantidades de armas y vidas humanas para hacer ganancias territoriales pequeñas pero estables a la casi una quinta parte de Ucrania que ya controla. Ucrania, mientras tanto, está luchando por minimizar las pérdidas, mantener la moral y convencer a los aliados de que, con más ayuda militar, puede cambiar el tiempo.
El presidente electo Donald Trump ha dicho que podría poner fin rápidamente a la guerra, aunque no está claro cómo o a favor de quién podría inclinar la balanza, dijo AP.