El Consejo Regional de Desarrollo (CRD), dijo que las transformaciones que experimenta hoy en día la sociedad dominicana y la mundial, obligan si excepción alguna, a todas nuestras entidades y a los diversos liderazgos acoplarse a las exigencias de los nuevos tiempos, a fin de no rezagarse en las labores que están llamados a cumplir como instrumentos esenciales del real desarrollo y de la paz social.
La entidad quien tiene entre sus ejecutivos a Ysòcrates Peña Reyes, monseñor Jesús María de Jesús Moya, Gabriel José García Núñez, Isidro Pichardo Santos, Amado Josè Rosa, Tamara Taveras, Manuel Núñez Yapor, Pedro Octavio Alba y Julio Lavandier, manifiesta que dentro del referido accionar, el país le corresponde sumergirse en un comportamiento que le facilite impulsar cambios sustanciales, que hagan factible motorizar el desarrollo sociopolítico y socioeconómico sobre columnas sustentables.
Indica, que se está imponiendo una nueva forma de pensar, la cual está conduciendo a la población y a sus instituciones a un accionar que impone a nuestras entidades políticas y a sus liderazgos, a cambiar de rumbos y a tener una correcta visión, para con ello asumir un mejor rol político y social.
El organismo de desarrollo expresa, que el referido proceso camina sobre bases firmes, dados los sólidos niveles de preparación y de mayor conciencia social que se están logrando en todos nuestros estratos sociales, junto a los liderazgos emergentes que engendran las nuevas generaciones.
Resalta, que hoy en día en nuestra población más pobre como la de mayores recursos económicos, es palpable una firme convicción y un adecuado conocimiento de cómo debe generarse el progreso social, y además, sobre el cual es el mejor rumbo a seguir para lograr el desarrollo y para obtener reales soluciones a los diversos problemas que afectan nuestra nación.
El CRD manifiesta, que existe un accionar y vigilancia colectiva en la que participan en forma activa pobres y ricos, el campo y la ciudad, en procura de que no se fracase bajo ninguna circunstancia en las grandes y pequeñas iniciativas encaminadas a motorizar con eficacia al progreso social y el real desarrollo.
Expresa, que dichos propósitos han producido un mayor grado de conciencia, y sobre todo, que nuestros problemas no pueden ser solucionados por un líder determinado o por grupos de intereses, sino que su encaramiento debe depender del nivel de preparación, capacidad, vocación de bien y la disposición de concertación que se logre a nivel todas nuestras instituciones.
El organismo de desarrollo al recomendar el acogimiento de las tareas que propone, para asegurar un mejor presente y futuro a las presentes y futuras generaciones, finalmente insta, a los diferentes sectores de sociales a reafirmar sus tareas y responsabilidades, constituyéndose en motores y guías de una etapa y proceso histórico que nos enrumba hacia nuevos horizontes y al establecimiento de una mejor República Dominicana.