El precio del oro, uno de los activos considerados refugio en momentos de incertidumbre, ha marcado un nuevo máximo histórico en la sesión de este martes al acercarse a los 2.748 dólares por onza, y en el año se revaloriza más de un 33 %.
Este nuevo récord lo ha alcanzado a las 19:03 horas (17:03 GMT), momento en el que metal dorado ha llegado a los 2.747,68 dólares.
Minutos después de tocar esta cifra, el oro frenaba su escalada en los 2.746 dólares la onza.
Los analistas de Banca March relacionan la fuerte subida del oro con la situación en Oriente Próximo, un factor que, en su opinión, compensa al repunte de rentabilidad de los bonos soberanos.
Carsten Menke, del banco privado suizo Julius Baer, señala que el notable repunte del oro parece mucho más impulsado por el estado de ánimo del mercado que por factores fundamentales.
“El posicionamiento de los operadores especulativos a corto plazo y de los seguidores de tendencias en el mercado de futuros alcanzó recientemente uno de los niveles más altos jamás registrados. Si bien aumenta el riesgo de un revés a corto plazo, todavía vemos un contexto fundamental sólido a largo plazo para el oro”, asegura.
Además, Menke apunta a que las compras asiáticas de oro siguen siendo débiles, “como lo indican las importaciones chinas”. Las importaciones de oro de la India también se han normalizado, añade.
“Si bien esto aumenta el riesgo de un retroceso a corto plazo (potencialmente hasta un 10% si la historia sirve de guía), todavía vemos un contexto fundamental sólido para el oro”, señala.
A juicio de este experto, un mayor enfriamiento de la economía estadounidense y las perspectivas de tasas de interés más bajas en EE.UU. podrían atraer al mercado a más inversores del mundo occidental.
“Lo mismo se aplica a las elecciones presidenciales de Estados Unidos, que supuestamente están fomentando la compra de oro no observada por parte de grandes inversores que creen que, independientemente de quién llegue a la Casa Blanca, el dólar estadounidense se verá presionado debido al aumento de los déficits fiscales”, explica Menke.