Los bomberos en California continúan luchando contra varios incendios que han quemado extensas áreas y mantienen a casi 200.000 personas evacuadas, mientras la compañía eléctrica Pacific Gas & Electric (PG&E) cortó el suministro a 2 millones de personas.
“Esto es definitivamente un evento que estamos llamando histórico y extremo. Lo que lo hace realmente especial es la cantidad de tiempo que estos vientos van a mantenerse”, explicó David King, del Servicio Nacional del Meteorología de la oficina de Monterrey.
Los esfuerzos de las autoridades se dan de punta a punta del estado, aunque los más afectados se encuentran en el norte, en los alrededores del área de San Francisco.
El incendio Kincade en el área vinícola de Sonoma ya ha quemado más de 30.000 acres de terreno (12.140 hectáreas) y destruido 79 estructuras. Este domingo las autoridades luchan para que las columnas de fuego no arrasen con cerca de 32.000 viviendas y otras edificaciones que están en peligro.
La combinación de voraces incendios más los fuertes vientos que se esperan en California a lo largo del fin de semana elevan la peligrosidad y el riesgo. Los pronósticos señalan que los vientos soplarán de manera sostenida entre hoy sábado y el lunes por la mañana.
La prioridad se concentra en salvar las ciudades de Healdsburg y Windsor en el condado de Sonoma, hacia donde las llamas se dirigen. La orden de las autoridades a las autoridades fue “váyase ahora”. La labor de los bomberos ha sido cuesta arriba ya que los fuertes vientos no han cesado en la región desde hace varios días.
Varios hospitales de la zona han sido evacuados. Al menos 200 pacientes, entre los que se encuentra 20 en estado crítico fueron enviados a hospitales del área de la Bahía de San Francisco.
PG&E ya suprimido el suministro en varias zonas rurales ante la caída de cables y el riesgo de que contribuyan generar nuevos focos de incendio. En un comunicado, la compañía eléctrica advirtió que el potencialmente poderoso y generalizado escenario de sequedad, calor y viento podría amenazar el servicio hasta el lunes, a la vez que se preparaba para cortar el servicio a más de 2 millones de personas.
La emergencia se podría extender tras los pronósticos del Servicio Nacional de Meteorología (NWS) especialmente el fin de semana cuando la poca húmeda y las ráfagas de viento podrían llegar hasta 80 millas por hora en el norte del estado.
(Con información de EFE e imágenes de AP y AFP)