La Conferencia del Episcopado Dominicano (CED), a través de un comunicado reconoció el derecho de cada nación a aplicar sus leyes migratorias, pero exhortó a las autoridades a hacerlo con justicia y respeto a la dignidad humana.
Destacó que la frontera no debe ser un escenario de corrupción, cuestionando cómo los inmigrantes ilegales entran al país sin la documentación adecuada y pidiendo una gestión transparente de las detenciones. Además, subrayó la responsabilidad de la República Dominicana, como nación cristiana, de evitar situaciones que causen sufrimiento a los migrantes, como deportaciones arbitrarias y separaciones familiares.
Agregó que República Dominicana, como nación cristiana, debe evitar que se presenten situaciones dolorosas que afecten a los migrantes, como el trato injusto, las deportaciones arbitrarias y
las separaciones familiares. «Recordemos que hemos extendido nuestra mano solidaria al
pueblo haitiano ante cualquier catástrofe, por lo tanto, debemos mantener esa actitud
caritativa», dijo.
También, la Pastoral reiteró a la comunidad internacional no olvidarse de Haití, cumpliendo con los acuerdos concertados en diferentes foros y que tienen como objetivo superar la crisis humanitaria, social, económica e institucional que el país hermano y vecino está enfrentando.
«Pedimos al Señor que nos conceda a todos, la sabiduría para discernir su presencia en los
migrantes, y la valentía para actuar conforme a su voluntad, construyendo puentes de esperanza y
fraternidad», concluyó el comunicado