McKinsey examina los avances, desafíos y oportunidades en la transición energética, destacando la necesidad de equilibrar la demanda creciente con la integración de tecnologías sostenibles para cumplir los objetivos climáticos globales.
Santo Domingo, RD. – A medida que la transición energética global entra en una nueva fase, la Perspectiva Energética Mundial 2024 de McKinsey & Company ofrece una visión detallada sobre el camino a seguir. Este informe analiza las complejidades, costos y desafíos tecnológicos que se presentan en el esfuerzo por cumplir los objetivos del Acuerdo de París, subrayando la necesidad urgente de acelerar el cambio hacia energías renovables.
La Perspectiva Energética Mundial 2024 tiene como objetivo proporcionar una base sólida de datos que ayude a las partes interesadas a cumplir con los objetivos de descarbonización. El informe detalla la demanda proyectada para 68 sectores y 78 combustibles en un escenario de 1,5 °C, así como tres escenarios de transición energética que reflejan las condiciones globales cambiantes, incluidos los cambios geopolíticos y las complejidades en las cadenas de suministro.
“Desde la firma del Acuerdo de París hace nueve años, se han logrado avances significativos en la transición energética. Sin embargo, este proceso ahora enfrenta nuevos desafíos. El informe destaca que, para lograr una transición exitosa, es fundamental equilibrar la asequibilidad, la resiliencia del sistema energético y la seguridad energética en un contexto macroeconómico incierto” explic´p Antonio Novas Socio Senior de Mckinsey & Co.
Principales hallazgos
Emisiones globales y compromisos actuales
A pesar de los compromisos globales, el análisis indica que las emisiones globales hasta 2050 se mantendrán por encima de la trayectoria de 1,5 °C, incluso si todos los países cumplen sus promesas actuales. Se prevé que las emisiones de CO2, resultantes de la combustión y procesos industriales, aumenten hasta 2025. Todos los escenarios analizados muestran una divergencia a partir de 2030, con una disminución de las emisiones hacia 2050, aunque estas seguirán siendo significativamente superiores a los objetivos de cero emisiones netas.
La disminución de las emisiones en el futuro se atribuye principalmente a factores económicos, especialmente la creciente rentabilidad de las tecnologías bajas en carbono en sectores como la energía y el transporte. Ejemplos notables incluyen la implementación de energía solar fotovoltaica en Europa y los avances en la adopción de vehículos eléctricos en China.
La demanda mundial de energía: Proyecciones y desafíos
El informe anticipa un aumento en la demanda mundial de energía, que se espera crezca entre un 11 % y un 18 % para 2050, impulsado principalmente por las economías emergentes. Estas regiones, especialmente la ASEAN, India y Oriente Medio, se prevé que impulsen entre el 66 y el 95 % del crecimiento de la demanda energética.
En contraste, se estima que la demanda en economías más maduras, incluida China, se estabilice en el corto y mediano plazo. Sin embargo, se pueden considerar diversas fuerzas en juego que pueden influir en la trayectoria de la demanda en diferentes regiones. Por ejemplo, en Estados Unidos, la electrificación impulsará el crecimiento, mientras que, en Europa, la desindustrialización podría disminuir la demanda.
Electrificación y nuevos centros de demanda
La electrificación del consumo de energía está en aumento y podría más que duplicarse entre 2023 y 2050.Se proyecta que la electricidad se convertirá en la principal fuente de energía, impulsada por la electrificación de edificios y el crecimiento de nuevos sectores, como centros de datos y vehículos eléctricos.
Uno de los factores sorprendentes es el crecimiento de la demanda asociada a la inteligencia artificial (IA) y los centros de datos, que podrían representar entre 2,500 y 4,500 teravatios hora (TWh) de la demanda mundial de electricidad para 2050. Esta creciente necesidad de electricidad implica una mayor dependencia de fuentes de energía estables, como el gas, para equilibrar la intermitencia de las fuentes renovables.
El papel de las Energías Renovables en el futuro energético
El informe destaca que las energías renovables están llamadas a ser la mayor parte de la matriz energética del futuro. Se anticipa que las fuentes de energía con bajas emisiones de carbono representen entre el 65 % y el 80 % de la generación mundial en 2050, un aumento significativo del 32 % actual. Este crecimiento se debe en gran medida a la reducción de costos de las energías renovables, junto con el apoyo de políticas y regulaciones.
Sin embargo, las tasas de crecimiento variarán según la tecnología. Se espera que las tecnologías con costos más bajos, como la energía solar y eólica, continúen su expansión, mientras que otras, como el hidrógeno, enfrentarán desafíos debido a costos más altos y falta de demanda.
Desafíos en la construcción de Energías Renovables
A pesar del progreso, el informe enfatiza que es necesario superar varios desafíos para garantizar una transición energética exitosa. Aunque las energías renovables son más asequibles, la viabilidad económica de algunos modelos de negocio sigue siendo un obstáculo.
Un desafío emergente es el precio de la energía, que puede volverse negativo en ciertos momentos del día debido a la alta penetración de energías renovables. Esto puede afectar la rentabilidad de nuevas instalaciones y obligar a los proveedores a reconsiderar sus modelos de negocio. Además, la necesidad de sistemas de almacenamiento de energía, como baterías, es crítica para mantener la estabilidad del suministro.
Perspectivas sobre los combustibles fósiles
A pesar del avance hacia las energías renovables, se espera que los combustibles fósiles sigan desempeñando un papel significativo en el sistema energético mundial hasta 2050, satisfaciendo entre el 40 % y el 60 % de la demanda. Esto se debe a que, en la actualidad, las energías renovables no son suficientes para cubrir las necesidades energéticas en todos los escenarios.
Por lo tanto, la futura demanda de combustibles fósiles se caracterizará más como una meseta prolongada en lugar de un pico, lo que dependerá de la electrificación acelerada y la adopción de biocombustibles en sectores difíciles de descarbonizar.
La necesidad de una infraestructura sólida
El informe destaca la urgencia de desarrollar una infraestructura eléctrica robusta para facilitar la electrificación y la integración de energías renovables. Se prevé que las inversiones en transmisión y distribución deben triplicarse para 2050 para dar cabida a la creciente demanda y a la intermitencia de las fuentes renovables.
Esta expansión de la red no solo requiere una inversión significativa, sino que también tendrá que ser planificada cuidadosamente para evitar congestiones que podrían obstaculizar el desarrollo de nuevas energías renovables. A medida que la red se descarbonice, se espera que los costos de generación promedio disminuyan, lo que podría aliviar algunas presiones sobre los costos del sistema eléctrico.
La incertidumbre en Europa y la disponibilidad de mano de obra
El futuro de la demanda eléctrica en Europa es incierto, ya que factores como la desaceleración en la adopción de bombas de calor y la falta de inversión en electrificación industrial pueden frenar el crecimiento. Además, la disponibilidad de mano de obra cualificada representa otro desafío, ya que las industrias energéticas compiten por talento en un mercado laboral cambiante.
A medida que la transición hacia un mundo de cero emisiones netas avanza, también se requieren diferentes materiales y tipos de minería, lo que genera una presión adicional en las cadenas de suministro y la disponibilidad de recursos.
Proyectos tecnológicos en UE y EE. UU. no logran metas para 2030
La Unión Europea y Estados Unidos no están alcanzando los objetivos de implementación de tecnologías energéticas para 2030 debido a la falta de un compromiso firme con los proyectos. Esta situación se ve agravada por preocupaciones económicas y la falta de precedentes en la transición energética global. A pesar de las inversiones y un entorno político favorable, muchos proyectos de energías renovables están en riesgo. La producción de materias primas limpias también enfrenta un déficit de compromisos, y menos de la mitad de los proyectos necesarios para lograr cero emisiones netas han alcanzado la decisión final de inversión (FID).
Finalmente, la Perspectiva Energética Mundial 2024 subraya que la transición energética no es un juego de suma cero. Tanto los combustibles fósiles como las energías renovables tendrán un papel que desempeñar en la combinación energética futura. Sin embargo, para avanzar, se requiere una acción coordinada entre políticas, inversiones y el compromiso de las partes interesadas para superar los obstáculos actuales.