Un equipo de investigadores del Departamento de Psicología de la Universidad de Richmond (EE.UU.) ha logrado entrenar a varias ratas de laboratorio en el manejo de un vehículo pilotado para estudiar sus cambios fisiológicos y conductuales a raíz del desarrollo de esta habilidad.
Para ello, los autores del estudio —cuyos resultados fueron publicados el pasado miércoles en la revista Behavioural Brain Research— construyeron un pequeño vehículo con un contenedor de plástico equipado con ruedas y un sistema de navegación que consiste en tres palancas de cobre, para avanzar hacia adelante y girar hacia los costados, respectivamente.
En el experimento participaron 11 roedores en total, cinco de ellos mantenidos en un ambiente enriquecido —es decir, provisto de diversos juguetes tales como ruedas para correr y escaleras— y el resto en jaulas de laboratorio estándar.
Los animales tardaron entre uno y nueve meses en aprender a controlar el vehículo, dependiendo de la especie y del tipo de jaula en que eran mantenidos.
Durante el proceso, debían conducir hasta el extremo opuesto de un corredor, siendo recompensados con golosinas dulces cada vez que aparcaban frente a la meta, marcada con un rectángulo a cuadros similar al tablero de ajedrez. Y en ocasiones, incluso debían dar la vuelta en caso de comenzar de espaldas al objetivos.
Los científicos descubrieron que los ratones mantenidos en ambientes enriquecidos fueron más exitosos en las pruebas, explicando que la presencia de juguetes en el transcurso de su vida hizo que los animales desarrollen mejor sus funciones motoras necesarias para cumplir tareas complejas.
Por otra parte, los expertos analizaron las heces de todos los roedores antes y después de viajar en vehículo y observaron que aquellos ejemplares que concluían exitosamente la prueba presentaban un niveles más elevados de la hormona dehidroepiandrosterona y niveles reducidos de corticosterona, con lo cual adquirían mayor resistencia al estrés.
Los autores del trabajo estiman que estos resultados pueden resultar de utilidad para futuras investigaciones conductuales con animales ya que demuestran la importancia del ambiente de los ejemplares durante el estudio, así como para la psiquiatría, dado que aporta evidencia del impacto del aprendizaje de nuevas habilidades en el estado emocional de los seres vivos.
Fuente: RT Actualidad