Santo Domingo.– RD Fruto de un trabajo sostenible, durante años, del Centro de Estudios de Género (CEG), del Instituto Tecnológico (INTEC), cada vez más docentes y alumnos del sexo masculino, se interesan en participar en las distintas maestrías que se han impartido en dicha institución sobre el tema de la igualdad de género.
“Nos llena de alegría y esperanza que cada vez más hombres, tanto estudiantes y docentes de INTEC como de otras instituciones, se interesan en el tema de la igualdad de género, porque eso significa que nuestra misión de trabajar por un futuro educativo igualitario, democrático y liberador para ambos sexos, se ha ido fortaleciendo”, externó Desiree del Rosario, coordinadora del CEG.
De igual opinión es el educador Mario Serrano, quien es parte del profesorado de INTEC que trabaja en la asignatura “Ciencia, Cambios de Paradigmas y Movimientos Sociales”.
“En esta materia vemos que en el proceso histórico han habido una serie de movimientos, los cuales han apoyado que se realicen cambios en las sociedades con respecto a una mayor humanidad y mayores derechos para las personas, además de la inclusión. Dentro de ese marco está, sobre todo, el tema de los derechos de las mujeres”, compartió Serrano.
Uno de los docentes que ha sido seducido por el tema es Francisco Taveras, quien participó en la “Maestría Género y Desarrollo”.
“Desde mi adolescencia he tenido una marcada empatía por las causas y reclamaciones sociales, sobre todo, con las que tienen que ver con la lucha por los derechos de los colectivos más vulnerables, siendo en los últimos años, las mujeres, en condición de pobreza extrema, a las que más él acompañó en su lucha”, explicó Taveras que en INTEC también imparte la materia “Ciencia, Cambio de Paradigmas y Movimientos Sociales”.
Asimismo, otro docente que se ha preparado, de manera sostenible en el tema, lo es Natanael Disla, quien en 2013-2015 y 2017-2018 fue profesor del INTEC y es egresado de la Maestría en Género y Desarrollo.
“En 2007 ingresé a estudiar una licenciatura en Ciencias Teológicas en el Seminario Bautista (SEBAREDO). La malla curricular del programa incluía una asignatura titulada “Género e Identidad”, cuyos contenidos me abrieron los ojos a las dinámicas de género y al necesario análisis del contexto dominicano, desde una perspectiva religiosa”, explicó Disla, como una de las razones que lo llevaron a interesarse en el tema.
En este renovador cambio de paradigmas también se han interesado docentes de otras instituciones, como es el caso de Cherito Mojica, quien trabaja para el Ministerio de Educación (Minerd), como orientador escolar en el Instituto tecnológico México, de la provincia Santiago de los Caballeros.
“Participe en la especialidad en “Género y Política de Igualdad en Educación”, porque creo firmemente que la educación es la base para construir una sociedad más justa y equitativa”, afirmó Mojica.
De igual manera, el educador confesó que desde su experiencia, ha constatado cómo los estereotipos de género y las desigualdades afectan profundamente la vida de las personas, especialmente en los entornos educativos.
“Quise especializarme en este campo para desarrollar estrategias y herramientas que permitan transformar estos espacios, promoviendo una educación inclusiva y libre de discriminación”, explicó.
Una mirada renovadora que también ha contagiodo al docente Simón Sánchez Ramírez, de San Juan de la Maguana, quien está cursando la Maestría: “Género, Políticas de Igualdad en Educación”.
“Es importante que los hombres nos involucremos en el tema de género, sobre todo los docentes, porque nuestro rol fundamental es promover una conciencia crítica, de respeto e igualdad, apostando al bienestar de todos y todos y creando las bases para un trato igualitario”, afirmó Sánchez Ramírez.
Una filosofía que es compartida por el docente Miguel García, también del granero del sur y compañero en la Maestría.
“Me llamó la atención la Maestría porque el tema de género no suele tratarse de manera cotidiana y entendí que me permitiría empoderarme más sobre el tema, para trabajarlo con mis estudiantes, el entorno social y poder ir eliminando algunos tabúes”, compartió García.
Y es que, para estos educadores, ahora más que nunca, se hace sumamente necesario el involucramiento de los hombres en el avance de la igualdad de género.
“De esta manera, podemos diseñar y abogar por afirmativas que contribuyan a cerrar las brechas, animando acciones a otros hombres a conformar grupos de apoyo para conversar sobre sus luchas, y acompañar a las mujeres en la defensa de sus derechos”, afirmó Disla.
De igual manera, para Disla es importante enfrentar el avance rampante de los fundamentalismos a capa y espada que se está experimentando hoy día.
“Muchos de los avances que habíamos logrado en materia de derechos humanos y de cierre de brechas, se han visto constreñidos con el avance de discursos reaccionarios que creíamos superados”, alertó el docente.
Asimismo, para Taveras, la incorporación de la perspectiva de género en la formación continua se convierte en un imperativo categórico de justicia social,
“Lo entiendo así porque nos ayuda a valorar y respetar la diversidad como un elemento de enriquecimiento personal y humano, y por consiguiente en el desarrollo de competencias de vida, tanto en el ámbito público como privado”, afirmó Taveras.
En ese mismo tenor, Mojica entiende que la participación de los docentes masculinos y de los hombres en general en el tema de género, es crucial porque la igualdad de género no es solo una responsabilidad de las mujeres.
“Es una responsabilidad compartida que involucra a toda la sociedad. Nosotros los hombres desempeñamos un papel fundamental cuando desafiamos y transformamos las normas y estereotipos de género que perpetúan la desigualdad”, afirmó.
De igual manera, el educador sostiene la idea de que cuando los hombres participan activamente en la promoción de la equidad de género, no sólo se convierten en modelos positivos para otros hombres, sino que también contribuyen a la creación de un entorno más inclusivo y respetuoso.
“En el contexto educativo, los docentes masculinos podemos influir significativamente en los estudiantes, cuando cuestionamos las actitudes machistas; también cuando fomentamos las relaciones basadas en el respeto y la igualdad. Puedo decir que nuestra participación es esencial para construir una cultura de equidad que beneficie a todos, sin importar su género”.
En ese mismo orden, Mojica destaca que “cuando nos involucramos ayudamos a romper el ciclo de perpetuación de roles tradicionales de género que limitan tanto a hombres como a mujeres. Así avanzamos como sociedad hacia una visión más amplia de una nueva masculinidad positiva, una que no esté ligada a la dominación o la autoridad, sino al respeto, la empatía y la colaboración”.
Por último, Mojica entiende que “la participación de los hombres debe ser activa y consciente, no como aliados pasivos, sino como agentes de cambio comprometidos con la transformación social”.