Desde los ataques del 7 de octubre de Hamás contra Israel, en los que murieron unas 1.200 personas y otras 251 fueron tomadas como rehenes, cada vez hay más israelíes que congelan el esperma de sus hijos muertos.
En respuesta al ataque, Israel lanzó una ofensiva en Gaza, donde murieron unos 400 israelíes, mayormente soldados.
De ellos, se recuperó esperma de 170 hombres, tanto civiles como militares, informa la BBC remitiéndose al Ministerio de Salud de Israel.
El proceso implica hacer una incisión en el testículo y extraer un fragmento de tejido para luego aislar espermatozoides vivos en laboratorio y congelarlos. Las células pueden sobrevivir en el cuerpo del fallecido hasta 72 horas después de la muerte, pero las probabilidades son mayores a las 24 horas.
Para agilizar el proceso se han relajado algunas normas. Por ejemplo, el Ministerio de Salud israelí eliminó el requisito de contar con una orden judicial para solicitar el procedimiento.
Si bien es más fácil congelar el esperma, las viudas o los padres que quieran utilizarlo para la concepción de un niño tienen que demostrar ante el tribunal que el difunto quería tener hijos.
Los primeros en hacer esto guardaron el esperma de su hijo militar asesinado por un francotirador en la Franja de Gaza en 2002. Su nieta tiene ahora 10 años.