El acto de quitarse el condón sin consentimiento, se considera un delito en varios países.
En el Reino Unido, específicamente en Inglaterra y Gales, el stealthing se puede considerar como una agresión sexual, ya que implica retirar el consentimiento previamente otorgado para las relaciones sexuales seguras.
En Australia, algunos estados, como Victoria, consideran el stealthing un delito sexual y puede ser procesado como una forma de agresión sexual.
Nueva Zelanda también ha abordado este tema. En 2017, un tribunal de Nueva Zelanda dictaminó que el stealthing es un delito sexual, y las personas que lo practican pueden enfrentar cargos de violación.
En los Estados Unidos, algunas jurisdicciones han comenzado a abordar el stealthing. Por ejemplo, en California, en 2021 se aprobó una ley que convierte el stealthing en una ofensa civil, permitiendo a las víctimas demandar por daños.
En Alemania, los tribunales han procesado casos de stealthing bajo las leyes de agresión sexual.
Estos países han tomado medidas para penalizar el stealthing, reconociendo el grave impacto que puede tener en las víctimas y su derecho a consentir plenamente en todas las prácticas sexuales.