Nuevas restricciones al envío de remesas a Cuba y la prohibición de las transacciones bancarias específicas, conocidas como transacciones “U-turn”, entran en vigor este miércoles como parte de la escalada de la administración de Donald Trump en las medidas para arreciar la política de bloqueo hacia la Isla.
Hace un mes, el Registro Federal estadounidense publicó oficialmente la regla relacionada con esas limitaciones. La decisión de imponer restricciones al envío de remesas fue anunciada inicialmente por el exasesor de Seguridad Nacional John Bolton, en un agresivo discurso pronunciado en Florida en abril pasado.
El 6 de septiembre, el Departamento del Tesoro dio a conocer que su Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) enmendó el Reglamento de Control de Activos Cubanos para modificar la política de remesas y eliminar la autorización para las “U-turn”.
El propio secretario del Departamento del Tesoro, Steven Mnuchin,, declaró que “con estas enmiendas al reglamento, el Departamento del Tesoro niega el acceso de Cuba a divisas extranjeras”.
Así, la OFAC estableció que una persona radicada en Estados Unidos solo podrá enviar un máximo de 1 000 dólares cada tres meses por concepto de remesas familiares a un nacional cubano.
Los destinatarios de tales envíos no pueden ser “funcionarios prohibidos del Gobierno”, o “miembros prohibidos del Partido Comunista de Cuba”, así como tampoco familiares cercanos de esas personas.
Asimismo, eliminó una autorización que permitía las remesas en forma de donaciones, pero mantuvo la posibilidad de “remesas ilimitadas a ciertas personas y organizaciones no gubernamentales”, las cuales se ampliarán a trabajadores del sector privado.
También se puso fin para Cuba a las transacciones “U-turn”, transferencias de fondos que pasan a través de bancos estadounidenses, pero que no empiezan ni terminan en este país, y en las que ni el emisor ni el receptor están bajo jurisdicción norteamericana.
Para justificar la adopción de estas restricciones, el ejecutivo de Trump volvió a apelar al que ha sido su argumento más empleado en los últimos meses a la hora de dar pasos contra Cuba: la solidaridad del país caribeño con Venezuela y el gobierno de Nicolás Maduro.
Además, mencionó una vez más que con ellas busca brindar un supuesto apoyo al pueblo cubano, a pesar de las continuas denuncias de que la postura de la administración estadounidense en realidad daña a los habitantes de la Isla, además de a los cubanoamericanos e incluso a los estadounidenses.
Tras darse a conocer en septiembre las nuevas medidas, que recrudecen el bloqueo impuesto por Washington a Cuba hace casi 60 años, la congresista demócrata por Florida Kathy Castor escribió en Twitter: “Trump continúa lastimando a las familias cubanas/estadounidenses con sus políticas duras e inhumanas”.
Al intervenir el 28 de septiembre en el debate de alto nivel de la Asamblea General de la ONU, el ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, denunció que en el último año el Gobierno estadounidense incrementó cualitativamente sus acciones de hostilidad y bloqueo contra Cuba.
“Ha impuesto escollos adicionales al comercio exterior e incrementado la persecución de nuestras relaciones bancario-financieras con el resto del mundo. Ha limitado en extremo los viajes y cualquier interacción entre ambos pueblos”, dijo.
Las nuevas medidas contra Cuba entran en vigor antes de que Cuba presente, los días 6 y 7 de noviembre en la Asamblea General de la ONU, por vigésimo octava ocasión consecutiva, el proyecto de resolución contra el bloqueo que cada año es apoyado por abrumadora mayoría.
En la votación en 2018, ese organismo aprobó el documento cubano con 189 votos a favor y solo dos en contra, el de Estados Unidos y su aliado Israel, en otra ratificación de la condena mundial a esa política norteamericana.
Fuente: Cubadebate