Madrid, (EFE).- La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a 30 años de prisión a Richard W.T. por el asesinato de dos hombres en un pub de la localidad madrileña de Fuenlabrada en 2002, crimen tras el que pasó más de dos décadas fugado.
Además de la pena de cárcel, el titular de la sección 16 de la Audiencia de Madrid le condena a pagar un total de 700.000 euros a doce familiares de los dos fallecidos en concepto de responsabilidad civil.
La sentencia, a la que ha tenido acceso EFE, refleja el veredicto del jurado popular que juzgó el caso, que consideró probado que el hombre asesinó a tiros a las dos víctimas en el citado local, que él mismo regentaba, tras una discusión por motivos sentimentales.
Fue entre las 17:30 y las 18:30 horas del 19 de septiembre de 2002 cuando los dos fallecidos, Jesús Manuel T. y Miguel Ángel C., acudieron al pub Anaisa de Fuenlabrada, donde se encontraba el condenado junto a otros dos hombres.
Mientras las víctimas tomaban algo mantuvieron una discusión con Richard W.T., en el transcurso de la cual este les disparó desde una distancia de menos de metro y medio con un arma de fuego del calibre 44, cuyas características no se han podido determinar.
Lo hizo de forma “sorpresiva”, con lo que los fallecidos no tuvieron posibilidad de defenderse, siempre según la sentencia.
Ambos fallecieron en el instante, pero sus cuerpos no fueron hallados hasta el 2 de octubre de ese mismo año en la localidad toledana de Yeles, donde el condenado se deshizo de ellos. Para ello contó con la ayuda de otras personas contra las que no se ha celebrado juicio oral.
Richard W.T. huyó de España poco después de perpetrar el crimen, presumiblemente a Amsterdam, desde donde fue deportado a su país de origen, la República Dominicana, en 2007.
En 2019 el juzgado de Madrid que instruyó el caso emitió una orden de detención y extradición que desembocó en 2021 en su arresto y en 2022 en su llegada a España, donde ingresó en prisión provisional.
Debido a los 22 años que ha tardado en juzgarse el caso, el magistrado ha estimado la circunstancia atenuante de dilaciones indebidas a la hora de dictar la pena de cárcel.
Tanto la Fiscalía como las acusaciones particulares, representadas por los letrados Francisco Rubiales y Agustín Mejías, pedían para el acusado un total de 32 años de prisión. Por su parte, la defensa solicitaba que fuese condenado a 14 años y que fuese expulsado a Santo Domingo cuando obtuviera el tercer grado o la libertad condicional.
En su declaración el acusado insistió en que fue el portero del local quien mató a los dos hombres esa noche y que lleva en paradero desconocido desde 2007. Según Richard W.T, era él quien portaba un arma siempre para desempeñar su trabajo.
Solo reconoció el encubrimiento del crimen y su participación en el abandono de los dos cadáveres en un río en Yeles.
Información suministrada de EFE