Fitch Ratings-Londres.- La reelección de Luis Abinader como Presidente de la República Dominicana (BB-/Positivo) señala continuidad en las políticas que han respaldado un sólido crecimiento, afirma Fitch Ratings. También podría destrabar reformas fiscales y económicas con potencial para abordar restricciones en la calificación soberana.
Los resultados preliminares indican que Abinader se aseguró cómodamente un segundo mandato presidencial consecutivo de cuatro años en las elecciones del domingo, obteniendo el 57% de los votos (frente al 53% en 2020) y evitando una segunda vuelta. Esto es consistente con su sólido liderazgo en las encuestas de opinión previas a las elecciones y sus altos índices de aprobación personal.
Una victoria en la primera ronda confirma su mandato popular, y existe un amplio apoyo político a su agenda pro-empresarial y de inversiones que ha atraído niveles récord de IED. Por lo tanto, esperamos continuidad política en el segundo mandato de Abinader y una ventana de oportunidad para que avancen las reformas. Es probable que una orientación política similar respalde las perspectivas de crecimiento a mediano plazo. Pronosticamos un crecimiento del PIB real del 4,5% en 2024 y del 5% en 2025, volviendo a niveles históricos, después de caer al 2,3% el año pasado. Esto se debió en gran medida a que las tasas de interés más altas pesaron sobre la construcción, y esperamos que la desaceleración económica sea temporal.
La desaceleración de 2023 llevó al banco central a aplicar un importante estímulo de política monetaria. Esto no ha provocado un repunte de la inflación, que fue del 3,0% interanual en abril, pero puede haber ejercido presión sobre las reservas internacionales (que cayeron un 15% interanual en abril). El regreso a altos niveles de crecimiento, sin desequilibrios macroeconómicos, será un factor importante para una mejora en la calificación soberana.
Los esfuerzos por fortalecer la capacidad institucional y modernizar la administración pública durante el primer mandato de Abinader dieron como resultado mejoras en los indicadores de gobernanza, incluidos el control de la corrupción, la eficacia gubernamental y el estado de derecho. Las reformas económicas tuvieron menos impulso, pero esto podría cambiar ahora. El Senado aprobó una Ley de Responsabilidad Fiscal en agosto de 2023 y estaba en discusión en la Cámara de Diputados antes de las elecciones. La aprobación de la ley podría contribuir a mejorar el marco macroinstitucional, anclar el crecimiento del gasto por debajo del crecimiento real promedio del PIB (3% frente a 5%) y poner la deuda pública en relación al PIB en una trayectoria descendente.
La reforma tributaria ha estado en discusión desde hace mucho tiempo y esperábamos que fuera una prioridad para la nueva administración, independientemente del resultado de las elecciones. Los elementos podrían incluir eliminar exenciones para ampliar la estrecha base impositiva y mejorar la administración y el cumplimiento tributarios.
Mayores ingresos fiscales podrían no conducir a la reducción del déficit, ya que los fondos adicionales se asignarían al menos en parte a un mayor gasto social o de capital. Esto sería consistente con los compromisos de campaña de Abinader de aumentar el gasto en salud, seguridad e infraestructura. Pero ayudaría a mejorar la baja relación impuestos-PIB del país, que fue del 14,2% en 2023. Esta es una debilidad importante de la calificación, que limita la flexibilidad fiscal y explica una relación interés-ingresos que en 2023 fue más del doble de la mediana de ‘BB’.
Abordar las debilidades de larga data en el sector eléctrico también reduciría los riesgos fiscales, ya que las pérdidas significativas por robo y la falta de cobro a los usuarios finales han causado grandes desequilibrios financieros. Estos siguen siendo una gran y creciente vulnerabilidad fiscal, a pesar de algunos avances en la mejora de la transparencia y la gobernanza en el sector durante el primer mandato de Abinader. Abinader también podría intentar revitalizar las reformas microeconómicas estancadas (por ejemplo, en el mercado laboral y la infraestructura de transporte) introducidas originalmente en 2021.
La Perspectiva Positiva sobre la calificación soberana ‘BB-‘ de República Dominicana refleja una tendencia de mejora en la gobernanza, un sólido crecimiento que respalda ganancias en el ingreso per cápita y el potencial de reformas fiscales. El progreso en las reformas que fortalezcan la flexibilidad fiscal, respalden mayores tasas de crecimiento en medio de la estabilidad macroeconómica y externa, y mejoren aún más los indicadores de gobernanza, ayudaría a sustentar la presión al alza de la calificación.
