La situación política y social en Haití ha sido sumamente compleja y turbulenta en los últimos años, marcada por crisis políticas, inestabilidad, desastres naturales y problemas socioeconómicos profundos. La renuncia del primer ministro Ariel Henry y la juramentación del Consejo Presidencial Provisional representan un capítulo más en este contexto complicado, según Héctor Rodríguez Pimentel, ex cónsul en Puerto Príncipe.
- Crisis Política y Asesinato de Moïse:
La crisis política en Haití se intensificó tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse en julio de 2021. Moïse había enfrentado protestas masivas y críticas por su gestión y acusaciones de corrupción. - Conflicto por la Sucesión Presidencial: Tras el asesinato, hubo una disputa sobre quién debería suceder a Moïse. Ariel Henry, nombrado primer ministro por Moïse dos días antes de su muerte, asumió el cargo, pero su autoridad fue seriamente cuestionada por las bandas que dominan parte del territorio y por diversos sectores políticos y empresariales de ese país.
- Crisis Económica y Humanitaria:
Haití enfrenta una grave crisis económica y humanitaria, agravada por la pandemia de COVID-19 y recientes desastres naturales como terremotos y huracanes. La pobreza, el desempleo y la inseguridad alimentaria son generalizados y cada día mueren niños y adultos por desnutrición y desamparo. - Protestas y Conflictividad Social:
Las protestas y disturbios sociales han sido frecuentes debido a la corrupción, la mala gestión gubernamental y la falta de servicios básicos. La sociedad civil y los grupos políticos han estado en constante tensión, así como las pandillas que hacen de los asaltos, secuestros, violaciones y asesinatos su modus vivendi. - La juramentación del Consejo Presidencial Provisional puede ser un intento de estabilizar el gobierno y allanar el camino para elecciones futuras, sin embargo, la legitimidad y efectividad de este consejo dependerán de su capacidad para abordar las demandas del pueblo haitiano, generar confianza y pacificar el país.
En resumen, Haití enfrenta una situación política y social extremadamente volátil, con desafíos significativos en términos de gobernanza, seguridad y desarrollo.
La renuncia del primer ministro Henry y la instalación del Consejo Presidencial Provisional reflejan la urgencia de encontrar soluciones viables para restaurar la estabilidad y responder a las necesidades urgentes de la población, tarea en que la ONU y las potencias que en ese órgano intervienen tienen mucho que aportar, en abono a La Paz y estabilidad del planeta. No solo Ucrania, Taiwán, el Indo-Pacífico y Oriente Medio merecen atención sino también el pobre y diminuto Haití.
República Dominicana ha estado expuesta a una serie de riesgos debido a la crisis en Haití, que van desde problemas de seguridad y migración hasta notables impactos económicos y humanitarios.
Es crucial que las autoridades y la población dominicanas nos sigamos preparando para seguir abordando estos desafíos de manera coordinada y eficaz, trabajando en colaboración con actores regionales e internacionales para encontrar soluciones a largo plazo para la estabilidad en la región, porque, querríamos verlo o no, Haití está ahí al lado y ahí estará para siempre.
Héctor Rodríguez Pimentel, ex cónsul en Puerto Príncipe.