El periodo de debates de la 74.ª sesión de la Asamblea General de la ONU tiene inicio este martes y se prolongará hasta el 30 de septiembre en la sede de la organización en Nueva York (EE.UU.).
El encuentro tendrá como uno de sus ejes principales la ecología. Casualmente, el encargado de abrir esta cita será el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, que se encuentra en el punto de mira por la gestión de los incendios de la Amazonia.
Se prevé que la ecología sea abordada partiendo de posturas como la expresada por Argentina de que este es un tema transversal que concierne a todo el mundo. Colombia, por su parte, tiene en sus manos el Pacto de Leticia sobre un compromiso irrestricto por la defensa de la Amazonia, mientras que Brasil enfatizaría en la sesión su soberanía sobre parte de ese territorio.
La crisis en torno a Irán se cuenta como uno de los asuntos principales a tratarse, pero habrá numerosos temas sobre la mesa, muchos de ellos que afectan a Latinoamérica.
Respecto a la situación venezolana, varios países llegan a la cita tras haber reconocido a Juan Guaidó como líder de Venezuela, aunque no se tienen previstas reuniones con ese diputado. Pese a que la ONU reconoce a Guaidó como presidente de la Asamblea Nacional venezolana, la organización considera a Nicolás Maduro como presidente legítimo de ese país.
Además de condenas a las sanciones impuestas por Washington contra países como Venezuela o Cuba, se espera que múltiples naciones, entre ellas México, pronuncien su rechazo al racismo y la xenofobia que han derivado en atentados en países como Nueva Zelanda y EE.UU. Otros temas, como la crisis económica en Argentina o el retorno a las armas de las FARC, también tendrían resonancia en los debates.
Según el periodista Pablo Jofré Leal, la Asamblea General de la ONU debe servir para que países como Venezuela denuncien la presión internacional que sufren “en virtud de intereses claramente económicos y geopolíticos como son los de EE.UU. y sus socios”. El analista internacional añade que la sesión también podría ser usada por países como Argentina o Colombia para “desviar” u “ocultar” sus problemas internos.
Fuente: RT Actualidad