Ginebra, Suiza. “Todo hace pensar” que un misil ruso golpeó el jueves el pueblo de Groza en el este de Ucrania, causando al menos 51 muertos, indicó este viernes una portavoz del Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU.
“En este estadio es obviamente muy difícil establecer lo sucedido con una certeza absoluta, aunque teniendo en cuenta el lugar y que la cafetería fue alcanzada, todo hace pensar que se trata de un misil ruso”, declaró Elizabeth Throssell en Ginebra.
El secretario general de la ONU, otros responsables de agencias de Naciones Unidas y numerosos gobiernos occidentales condenaron el ataque.
Europeos y estadounidenses acusaron a Rusia del bombardeo, y Moscú no lo desmintió.
“No parece que haya objetivos militares cerca, pero por supuesto, hará falta un examen y una comprobación más exhaustivos”, subrayó Throssell.
El Alto Comisionado para los Derechos Humanos enviará allí un equipo de ocho miembros -incluyendo al responsable de la Comisión de vigilancia de los derechos humanos en Ucrania-, explicó Throssell a la AFP.
La misión llegará el sábado a la zona, con el fin de recabar testimonios de supervivientes.
El ataque se produjo en pleno día, en Groza, un pueblo de 330 habitantes próximo a Kupiansk, en la región de Járkov.
Una tienda y una cafetería situadas en el mismo edificio quedaron totalmente destruidas. En el inmueble había unas sesenta personas, declaró el ministro ucraniano de Interior, Igor Klymenko, quien precisó que un niño de 6 años murió en el bombardeo.
El gobernador regional, Oleg Synegubov, afirmó que se trata del ataque más mortífero ocurrido en la región de Járkov desde que empezó el conflicto, en febrero de 2022, y decreto tres días de luto oficial.
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