Se han dicho muchas cosas sobre lo que significa ser zurdo y si eso cambia el tipo de persona que somos, pero la verdad es algo así como un enigma.
Mitos sobre la mano dominante aparecen todos los años, pero los investigadores aún no han descubierto qué significa ser zurdo.
¿Por qué la gente es zurda? La verdad es que todavía no lo sabemos.
Lo que sí sabemos es que solo cerca del 10% de la población en todo el mundo es zurda, pero que no hay una división equitativa entre los sexos.
Cerca del 12% de los hombres son zurdos, y solo el 8% de las mujeres lo es.
Algunas personas se entusiasman mucho con la división 90:10 y se preguntan por qué no somos todos diestros.
Pero la pregunta interesante es por qué nuestra disposición no se rige por el azar. ¿Por qué no hay una división 50:50?
No tiene que ver con la dirección de la escritura a mano, ya que en ese caso la dominancia de la mano izquierda sería prevalente en los países donde sus idiomas se escriben de derecha a izquierda, lo que no es el caso.
Incluso la genética es extraña: solo cerca del 25% de los niños que tienen dos padres zurdos también serán zurdos.
Mala salud y muerte prematura
El ser zurdo ha sido vinculado a todo tipo de cosas malas. Con frecuencia se asocia la mala salud y la muerte prematura a la dominancia de la mano izquierda, pero ninguna de las dos cosas son ciertas.
Esto último se explica porque en el pasado mucha gente zurda era obligada a usar la mano derecha. Esto hace parecer, entonces, que había menos ancianos zurdos.
Lo primero, a pesar de ser un titular llamativo, es simplemente falso.
También abundan los mitos positivos. La gente dice que los zurdos son más creativos, ya que la mayoría usa el “lado derecho del cerebro”.
Este es quizás uno de los mitos más persistentes sobre el efecto de la mano dominante en el cerebro.
Pero no importa cuán atractiva sea (y quizás para decepción de aquellos zurdos que todavía esperan despertarse algún día con los talentos de Leonardo da Vinci), la idea general de que cualquiera de nosotros usa un “lado cerebral dominante” que define nuestra personalidad y la forma en que tomamos decisiones también está equivocada.
Hemisferios izquierdo y derecho
Es cierto, sin embargo, que el hemisferio derecho del cerebro controla el lado izquierdo del cuerpo, y que el hemisferio izquierdo el lado derecho, y que los hemisferios tienen especialidades.
Por ejemplo, el lenguaje es procesado normalmente un poco más en el hemisferio izquierdo, y el reconocimiento facial un poco más dentro del hemisferio derecho.
Esta idea de que cada hemisferio se especializa en algunas capacidades se conoce como lateralidad cerebral.
No obstante, las mitades no trabajan de forma aislada, ya que una banda gruesa de fibras nerviosas -llamadas cuerpo calloso- conectan los dos lados.
Algo interesante, es que hay algunas diferencias conocidas entre estas especializaciones entre los diestros y los zurdos.
Por ejemplo, se cita con frecuencia que cerca del 95% de los diestros tienen un “hemisferio izquierdo dominante”.
Esto se refiere al hallazgo de que la mayoría de los diestros dependen más de su hemisferio izquierdo para el habla y el lenguaje.
Se asumía que lo opuesto sería cierto para los zurdos.
Pero este no es el caso. De hecho, el 70% de los zurdos también procesa el lenguaje en el hemisferio izquierdo.
Por qué el porcentaje es menor, (y no a la inversa) es algo que aún se desconoce.
Investigadores han descubierto muchas otras especializaciones o “asimetrías” además del lenguaje.
Muchas de estas están especializadas en el hemisferio derecho -al menos en la mayoría de los diestros- e incluyen cosas como el procesamiento facial, habilidades espaciales y percepción de las emociones.
Pero estas no han sido estudiadas en profundidad, quizás porque los científicos han asumido incorrectamente que todas dependen de estar en el hemisferio que no es dominante para el lenguaje en cada persona.
De hecho, esta suposición, más el reconocimiento de que un pequeño grupo de zurdos tienen un dominio cerebral inusual para el lenguaje en el lado derecho, hace que los zurdos sean ignorados -o peor, activamente evitados- en muchos estudios del cerebro, porque los investigadores asumen que, como con el lenguaje, se reducirán todas las demás asimetrías.
Cómo algunas de estas funciones están lateralizadas (especializadas) en el cerebro, puede influir, de hecho, en cómo percibimos las cosas, y por ello pueden ser estudiadas con pruebas simples de percepción.
Por ejemplo, en el grupo de investigación de mi reciente estudio, les mostramos a un grupo de diestros y zurdos imágenes de rostros que fueron reconstruidas como para que una mitad de la cara mostrase una emoción, mientras que la otra mostraba una emoción diferentes.
Por lo general, la gente ve la emoción que se muestra en el lado izquierdo del rostro, y se cree que esto refleja la especialización en el hemisferio derecho.
Esto está vinculado al hecho de que los campos visuales se procesan de tal manera que hay un sesgo en el lado izquierdo del espacio.
Se cree que esto representa el procesamiento del hemisferio derecho, mientras que un sesgo hacia el lado derecho del espacio representa el procesamiento del hemisferio izquierdo. También les mostramos diferentes tipos de imágenes y sonidos para examinar varias otras especializaciones.
Nuestros hallazgos indican que algunos tipos de especializaciones, incluido el procesamiento de rostros, parecen seguir el patrón visto para el lenguaje (es decir, más zurdos parecen tener preferencia por la emoción que se muestra en el lado derecho de la cara).
Pero en otra actividad que se centró en los sesgos en torno a qué cosa le prestamos atención, no encontramos diferencias en los patrones de procesamiento cerebral para diestros y zurdos.
Este resultado muestra que mientras que hay relaciones entre la dominancia de la mano y algunas de las especializaciones del cerebro, otras no la tienen.
Los zurdos son totalmente centrales para nuevos experimentos como este, pero no solo porque pueden ayudarnos a entender qué hace que esta minoría sea diferente.
Aprender qué hace a los zurdos diferentes podría ayudarnos también a resolver muchos de los misterios neuropsicológicos del cerebro.
*Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation y reproducido bajo la licencia Creative Commons. Haz clic aquí para leer la versión original en inglés. Fuente: BBC Mundo