El director del Observatorio Educativo, profesor Juan Valdez, explicó que desde dicha institución a partir de enero del presente año, alertaron al pueblo dominicano y solicitaron al ministro de Educación Ángel Hernández, presentar un informe técnico o pedagógico, que justifique sus alegatos de que se ahorrarían 4,000 o 5,000 millones de pesos haciendo nuevos libros de texto.
Además, Valdez expuso que al conocer las licitaciones del MINERD desde algunas décadas atrás, “sabían que esto es un imposible”, “el ministro de educación a pesar de esto pasó ocho meses prometiendo al país que tendríamos libros mucho más baratos y mejores”.
“Al final, lo que hemos visto lamentablemente, es que los nuevos libros de texto, ni coinciden con las bases del diseño curricular dominicano, ni son más baratos y tampoco hay ningún ahorro, aquí se han violado varias leyes en la elaboración de estos nuevos libros de texto, la primera tiene que ver con la ley del libro, que establece la vigencia de los libros de texto, a cuatro años, esto también se establece en la ordenanza 2017-26, que explica que para usted evaluar nuevos libros de texto, debe haber atravesado los libros anteriores por lo menos cuatro años de vigencia”.
Agregó que “se ha violado el procedimiento de evaluación de los medios y recursos para el aprendizaje, o sea, que estos nuevos libros que el ministro ha hecho, lamentablemente no siguieron el escrutinio de la edición que manda la ordenanza pertinente a la evaluación y validación de medios y recursos para el aprndizaje”.
La Asociaciòn de Industrias Editoriales de República Dominicana, desmintió las informaciones ofrecidas por el Ministerio de Educación, sobre el monto invertido en libros de textos, el cual consta con un ahorro de supuestamente 6,456 millones. Asimismo, Valdez dijo que han encontrado muchos errores en los libros de texto, tanto en contenido como en edición.
Durante entrevista en el programa Esto No Tiene Nombre, con Ariel Manzanillo y Roberto Cavada, dijo que el nuevo libro de texto tiene 67 páginas menos que el ejemplar del 2021, con los que tenemos 307 millones de pesos gastados exclusivamente en la edición y autoría de los libros, y unos 880 millones gastados solo en impresión. Alegó que la materia prima para hacer los libros, debe tener un 50% de costo y comparó los libros de texto emitidos en el 25021 con los de la actualidad, y dijo creer que hay un sobrecosto, “lo que en realidad demuestra el análisis de costo hecho por el Observatorio Educativo, es que los libros salen un 12% más caros ahora y lo que se está haciendo apenas es 6.4 billones de libros, cuando los ni{os de las escuelas públicas requieren más de 13 millones, y el libros de primero de primaria, que es el más importante para iiciar la alfabetización, no se envió a imprimir, y lo que se está haciendo es un texto integrado, poniendo todas las materias en tres diferentes tomos de más de 300 páginas”, agregando que ninguno de los libros del nivel primario se ajusta al desarrollo cognitivo a nivel de comprensión lectora de los niños, por lo que “tenemos un recurso que no sirve de nada”.
“El ministro, violando las leyes de compra y contrataciones públicas, contrató mediante contratos directos, a un grupo de universidades e instituciones religiosas, les dio el contrato para edición de los libros, sin licitación, y solamente hizo licitación para la impresión de los libros”, recalcó el profesor, explicando que el ministro nunca presentó un informe, ni al Consejo Nacional de Educación que justifique los cambios.
Valdez señaló que las universidades no son expertas en la edición de textos escolares, ya que se basan en la pedagogía, y dichas instituciones trabajan con la andragogía, y además no tienen experiencia de un departamento editorial. Asimismo, aclaró que no tiene problemas en que el Estado elabore sus propios libros de texto, el problema radica en que un grupo de empresas privadas, las cuales son universidades.
El Observatorio Educativo entiende que se deben usar los libros del 2021, los cuales no tienen errores, fueron aprobados y están vigentes, y los tres millones de libros que faltan por imprimir a Editora Corripio, que se impriman de la versión del mencionado año, que están en almacen del ministerio y e algunas escuelas, “si hacen eso, no tienen que imprimir más de tres millones de libros, y ya esos están en licitación. Lo que pasa es que aquí no hay transparencia”.