Convertirse en donante puede salvar a pacientes quemados 

<strong>Convertirse en donante puede salvar a pacientes quemados </strong>

El Banco de Piel que forma parte de la Unidad de Niños Quemados Dra. Thelma Rosario, cuenta con el personal médico entrenado y la capacidad de almacenar tejidos para ser trasplantados a pacientes que han sufrido quemaduras. Sin embargo, la última vez que recibió un donante cadavérico fue en el año 2019.  

En este momento de la tragedia que vive la ciudad de San Cristóbal y que deja en evidencia la necesidad de ampliar los servicios para pacientes quemados en el país, la doctora Renata Quintana, directora de esta Unidad de Niños Quemados ubicada en la ciudad de Santiago, dio el dato y se refirió a la necesidad de crear conciencia en los dominicanos para que se conviertan en donantes.  

De esta forma, explica, se salvan quienes han sufrido quemaduras, en esta y en cualquier otra emergencia.“Con la donación de tejidos o de la piel se puede contribuir a salvar la vida de hasta cinco personas con quemaduras u otros tipos de lesiones que involucren tejidos”, explicó Quintana. A la vez, agregó que la falta de información precisa imposibilita que las familias acepten o firmen el consentimiento necesario para que su pariente fallecido se convierta en donante.  

Ocurrió en dos ocasiones el año pasado, en el que el Banco de Piel no recibió donantes por objeción de parientes, aun cuando cumplían las condiciones.  

El Banco de Piel y Tejidos nace como parte de un proyecto de investigación de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) con vinculación de las doctoras Renata Quintana y Cinthia Núñez, investigadoras de la academia que propusieron este banco como proyecto, el cual fue levantado con inversión del Fondo Nacional de Innovación y Desarrollo Científico y Tecnológico (FONDOCyT).  

Este laboratorio, que opera con aval y certificación del Instituto Nacional de Coordinación de Trasplante (INCORT), recibió su última partida de fondos en septiembre del 2022.  

El proceso de extracción de órganos, en este caso la piel, se hace luego del consentimiento familiar, en un ambiente quirúrgico con todos los criterios de asepsia y antisepsia, preservando y respetando la dignidad del donante, y tomando la piel de áreas no visibles para resguardar la estética del cuerpo.  

Esta piel viene de pacientes cadavéricos que en vida manifestaron su consentimiento ser donantes, o por decisión de los parientes. Previamente, la piel pasa por un proceso de examen antes de ser colocada a un paciente lesionado. “Se toman biopsias, cultivos, pruebas, para determinar si este tejido puede ser utilizado y colocado en otra persona y hasta que no estén listos todos estos resultados, este tejido no se utiliza”, apunta la doctora.  

“La piel se preserva en una solución de glicerol, un medio de conservación que utilizamos, a una temperatura de tres grados Celsius y luego se procede a poner esa piel en preservación y ya se pasa a la regularización y la cuarentena de este tejido”, dijo Quintana, quien es cirujana general y caumatóloga, una especialidad médica escasa en el país que se ocupa del tratamiento de pacientes con quemaduras. Cuando ya el tejido está verificado y regularizado y ha concluido con el periodo de cuarentena, entonces, el Banco de Tejidos libera para uso en los pacientes que lo ameritan.  

El personal de la Unidad de Niños Quemados se encuentra en contacto con los médicos de San Cristóbal. Hasta este jueves, no habían sido notificados de pacientes en edad pediátrica que ameriten traslado y atención.