Un tribunal municipal de Moscú ordenó este viernes la disolución del Centro Sájarov, que era uno de los últimos pilares de la defensa de los derechos humanos en Rusia, en un contexto de represión de las voces críticas desde la ofensiva en Ucrania.
En un comunicado, el tribunal afirmó que la asociación, que lleva el nombre del premio Nobel de la Paz Andréi Sájarov, organizó conferencias y exposiciones de forma ilegal fuera de su “zona de actividad” regional, área geográfica que se encuentra estipulada en sus estatutos.
La justicia rusa también envió el viernes a prisión preventiva a un responsable de una importante ONG de vigilancia electoral, acusado de estar implicado en actividades de una “organización indeseable”.
Grigori Melkoniants, copresidente de la organización Golos (Voces, en español), fue detenido por su relación con la Red europea de Organizaciones de Obseración de elecciones, ocnsiderada “indeseable” por Moscú, y permanecerá detenido al menos hasta el 17 de octubre a la espera de juicio.
El Centro Sájarov, fundado en 1996, organizaba debates y eventos culturales y además albergaba un museo sobre los crímenes soviéticos.
En abril de este año, la organización fue obligada a abandonar su sede histórica en Moscú.
En ese local, miles de personas velaron los restos del opositor ruso Boris Nemtsov, asesinado en 2015.
En abril, el ministerio ruso de Justicia inició un proceso de “verificación” de esta asociación, que desde 2014 estaba catalogada como un “agente extranjero”.
Al menos otras dos asociaciones con opiniones críticas han sido disueltas por operar fuera de su zona de actividad.
En enero, el mismo tribunal decretó el cierre de la oenegé Grupo Helsinki, la asociación más antigua de defensa de los derechos humanos de Rusia, y después en abril el tribunal dictaminó la disolución del Centro Sova, especializado en el estudio del racismo y la xenofobia.
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