Kiev reivindicó este lunes un ataque nocturno con drones contra Moscú, al tiempo que hubo también bombardeos ucranianos en Crimea y rusos en la región de Odesa, en el sur del país.
Según dijo a la AFP una fuente ucraniana de Defensa, que pidió el anonimato, el ataque contra Moscú fue “una operación especial del GUR”, los servicios de inteligencia militar ucranianos.
Esta inusual reivindicación por parte de Kiev se produjo después de que el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, hubiera amenazado con tomar represalias a los bombardeos rusos en Odesa del pasado fin de semana.
Rusia, en tanto, advirtió que contempla tomar “severas represalias”, declaró su diplomacia, acusando a las potencias occidentales de estar “detrás de los actos descarados” de Kiev.
La región de Moscú no había sido atacada por drones desde hacía casi tres semanas. El ejército ruso, que denunció un “acto terrorista”, afirmó que dos drones ucranianos fueron neutralizados y que se estrellaron sin causar víctimas.
Uno de los artefactos cayó en una importante vía de la capital rusa, Komsomolsky Prospekt, cerca del Ministerio de Defensa, donde periodistas de AFP vieron un edificio con el techo dañado y varios vehículos de emergencias.
“Eran las 03H39 de la madrugada. La casa realmente se sacudió”, contó Vladimir, un vecino de 70 años. “Es escandaloso que un dron ucraniano casi volara hasta el Ministerio de Defensa”, añadió.
Otro dron alcanzó el centro de negocios de la calle Likhacheva.
Depósito de municiones en Crimea
Moscú y su región, que se ubican a más de 500 km de la frontera ucraniana, ya han sido atacadas por drones en otras ocasiones. En mayo, uno alcanzó el Kremlin.
El 4 de julio, cinco drones fueron derribados en la región moscovita, según las autoridades. El ataque perturbó el funcionamiento del aeropuerto internacional de Vnúkovo.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, indicó el lunes se tomaron “medidas” para defender Moscú y que “todos los drones” fueron derribados.
Este ataque en Moscú se suma al incremento de tensiones en Crimea y el sur de Ucrania después de que Rusia decidiera retirarse de un acuerdo para exportar grano ucraniano por el mar Negro.
En Crimea, anexionada por Rusia, un bombardeo ucraniano con drones alcanzó un depósito de municiones en el distrito de Dzhankói, en el norte de la península anexada, informó este lunes el gobernador Serguéi Asksionov.
Según el ejército ruso, un total de 17 drones ucranianos fueron neutralizados en esta península.
En Ucrania, un niño murió y seis personas resultaron heridas en un bombardeo en Kostiantynivka (este), según el gobernador de la región de Donetsk, Pavlo Kyrylenko.
En esa región, un periodista de la AFP, Dylan Collins, resultó herido por un ataque de dron mientras realizaba un reportaje junto a artilleros ucranianos cerca de Bajmut, pero su vida no está en peligro, según los médicos.
Nuevo ataque cerca de Odesa
Por otro lado, se produjo un ataque de “casi cuatro horas” contra una infraestructura portuaria ucraniana de la región de Odesa y destruyó un hangar de grano, indicó el lunes el ejército ucraniano.
Zelenski prometió que habría “represalias” a los tiros de misiles rusos contra Odesa, cuyo casco histórico fue incluido a principios de año en la lista de patrimonio mundial de la humanidad de la Unesco.
Blanco frecuente de bombardeos rusos, la ciudad portuaria ya fue atacada en la madrugada del domingo, con un balance de dos muertos y 22 heridos.
La acción provocó importantes daños en la catedral de la Transfiguración, fundada hace más de 200 años, destruida por los soviéticos en 1936 y reconstruida a principios de los 2000.
Rusia asegura que únicamente efectúa ataques contra sitios militares y dijo que este templo resultó dañado por disparos “antimisiles” ucranianos.
En Bielorrusia, firme aliado de Moscú, las autoridades declararon el lunes estar revisando su estrategia de seguridad con miembros del grupo paramilitar ruso Wagner, alojados en esta antigua república soviética tras su fallido levantamiento.
El ministro de Interior, Ivan Kubrakov, se reunió con comandantes de Wagner en un centro de entrenamiento para elaborar un “plan claro de acción” para “responder a potenciales desafíos y amenazas”.
Por otro lado, el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) declaró que había detectado “algunas minas” en el recinto de la central nuclear de Zaporiyia, ocupada por Rusia en el sur de Ucrania, pero dijo que no afectaban los sistemas de seguridad del recinto.