Los rescatistas españoles, que el lunes salvaron a decenas de migrantes a la deriva en el mar cerca de las islas Canarias, no podrán localizar este martes otras embarcaciones en la zona donde, según una ONG, desaparecieron tres barcos.
El servicio de guardacostas Salvamento Marítimo envió la mañana del martes uno de sus aviones a hacer sobrevuelos en el océano Atlántico y solicitó la ayuda de “los buques que transitan por la zona”, indicado a la AFP un portavoz de la institución.
El “avión rastreó la zona y no ha encontrado nada”, dijo por la tarde otro portavoz de la institución.
El lunes, Salvamento Marítimo recuperó en esa zona a 78 migrantes que iban en una precaria embarcación y los hasta llevaron a la isla de Gran Canaria, donde fueron recibidos por la Cruz Roja.
En un primer momento, los rescatistas hablaron de 86 migrantes rescatados, pero este martes ajustaron la cifra.
Según la ONG española Caminando Fronteras, que basa sus datos en testimonios de migrantes o sus familias, otras tres embarcaciones, partidas de Senegal y con unos 300 migrantes a bordo en total, siguen desaparecidas.
Una de ellas salió el 27 de junio de la ciudad senegalesa de Kafountine, situada a unos 1.700 kilómetros de las costas de Canarias, con unas 200 personas a bordo.
Salvamento había indicado inicialmente que la embarcación rescatada el lunes podía tratarse de ese último barco, pero luego admitió su error.
El cayuco recuperado el lunes no era uno de las tres embarcaciones que salieron de Senegal, según indicó este martes un portavoz de Caminando Fronteras.
“Cada minuto cuenta para encontrar con vida a las más de trescientas personas que viajan en tres cayucos senegaleses (…) Son necesarios más medios de búsqueda y una mayor colaboración entre Mauritania, España y Marruecos” tuiteó la fundadora de Caminando Fronteras, Helena Maleno.
Senegal niega los hechos
Senegal, particularmente la zona sur del país, es uno de los puntos de partida hacia Europa de migrantes irregulares. Y España es una de las principales puertas de entrada.
El martes, uno de los principales opositores en Senegal, Ousmane Sonko, atribuyó en Twitter el “fenómeno macabro y angustioso” de la salida de migrantes irregulares al “fracaso de las políticas públicas del régimen del presidente Macky Sall”.
Sonko fue sentenciado a inicios de junio a dos años de cárcel, una condena que le impide disputar las elecciones presidenciales de 2024 y que desató protestas que dejaron oficialmente 16 muertos, una treintena según la oposición.
En un comunicado, el ministerio de Relaciones Exteriores de Senegal, negó que 300 de sus ciudadanos hubieran desaparecido en el mar.
“El ministerio (…) se quedó asombrado al escuchar reportes en redes sociales de la desaparición en el mar de al menos tres cientos supuestos emigrantes senegaleses, cuyos barcos salieron de Kafountine hacia las islas Canarias”, afirmó.
“Se han llevado a cabo verificaciones para demostrar que esta información carece completamente de fundamento”, añadió.
Además, el ministerio agregó que 260 senegaleses fueron rescatados entre el 28 de junio y el 9 de julio en aguas marroquíes, pero no se especificó si eran de los barcos mencionados inicialmente por la oenegé Caminando Fronteras.
La ruta atlántica con destino a las Canarias es particularmente peligrosa por las fuertes corrientes y la longitud del trayecto, que los migrantes suelen realizar en botes sobreocupados y sin beber agua suficiente.
El uso de esta ruta empezó a crecer a finales de 2019 debido al refuerzo de las patrullas en la costa meridional de Europa para evitar las travesías por el Mediterráneo.
En los primeros seis meses de 2023, 7.123 migrantes llegaron a las islas Canarias por barco, según datos del Ministerio del Interior español.
