A través de un documento leído en rueda de prensa y en presencia de sus abogados, el imputado por el caso Odebrecht, Roberto Rodríguez defendió su inocencia en el hecho y expresó que la decisión del Juez Francisco Ortega de enviarlo a juicio de fondo estuvo motivada por asuntos de su interés y no apegada a la justicia. Indicó quién los próximos días estarán apelando la decisión.
A continuación el documento íntegro:
La primera vez fue por la posesión de 100 millones de pesos, fruto de Soborno, a los 10 días el Ministerio Publico tuvo que desmentir la información, diciendo que había sido una equivocación.
De ahí comenzaron a inventarse un conjunto de fábulas sin sentido, donde cada frase del Ministerio Público no era más que una vulgar mentira.
Lo que nunca se atrevieron a admitir es que de las 17 obras de Odebrech la única que en el año 1999 fue contratada por US$161,761,441.00 (CIENTO SESENTA Y UN MILLONES SETECIENTOS SESENTA Y UN MIL CUATROCIENTOS CUARENTA Y UN DOLARES), fue culminada en el año 2004 por el mismo monto contratado, sin aumentar un centavo en la cantidad contratada y con 6 (SEIS) meses antes del plazo contractual.
La Segunda vez me quedé porque el Procurador General de la República había dicho que supuestamente existían varios cheques a mi nombre de una cuenta del Señor Angel Rondón y que esos cheques habían sido cambiados por el mismo encartado, esos cheques nunca aparecieron.
La tercera vez se trata de un cheque de RD$I.OOO,OOO.OO (UN MILLON DE PESOS) en el 2009, fruto del Soborno del Acueducto de la Línea Noroeste, obra de US161,761,441.00 (CIENTO SESENTA Y UN MILLONES SETECIENTOS SESENTA Y UN MIL CUATROCIENTOS CUARENTA Y UN DOLARES), se pagaba un soborno de un millón de pesos 7 años después, como si el Soborno fuera fiado.
Quiero agregar que al momento de ingresar al Inapa como director mi Declaración Jurada había sido de US$1,000,000 (UN MILLON DE DOLARES), razón por la que fuí a trabajar y no a enriquecerme.
Quienes vieron mi expediente me decían que no había razón para preocuparse, que, aunque quisieran hacerme daño no había la forma de conseguirlo.
Creímos en la honestidad de la Justicia y que solo hacía falta un Juez y pensé que lo teníamos y siempre se lo confesé a mis defensores. Hoy me doy cuenta cuán equivocado estaba.
Estaba en la presencia de un Señor con toga y birrete, disfrazado de juez de la Suprema Corte de Justicia, cuyas principales cualidades son la irresponsabilidad, la cobardía y la indolencia.
Irresponsabilidad y cobardía porque sabía que era inocente y me hacía culpable, indolente porque sabía que los argumentos del Ministerio Publico no tenían sustento legal alguno, obviando su responsabilidad de verificar las pruebas presentadas que demostraban mi inocencia y aun así no vaciló en mandarme a juicio de fondo.
Lo único que le importaba era su sed de dejar complacidos a quienes esperaban por sus decisiones, tenía que dejar satisfechos a sus emperadores.
Tenía miedo no tomar la decisión correcta porque temía afectar sus planes futuros, para él, lo más importante será su examen del mes de agosto y 7 años mas como Juez de la Suprema Corte de Justicia, por eso no le importaría mentir y creo que si tuviera que ver morir a alguien con tal de conseguir sus objetivos no lo pensaría dos veces.
Me arrepiento de haber creído que ahí se impartiría justica y pienso que Jueces como el Magistrado Ortega son una vergüenza para la Justicia Dominicana, no creo que exista manera de que duerma tranquilo si es que tiene conciencia y no tendrá valor de mirar al sol porque su vergüenza se lo impedirán por los motivos antes expuestos, y siendo el único mecanismo legal que tenemos de recurrir dicha decisión presentaremos formal Recurso de Apelación en los próximos días.