San José de las Matas, Santiago.– Caficultores de diferentes provincias del país celebraron este Día Nacional del Café con una serie de reclamos al gobierno y la aspiración de que se incremente el cultivo y producción del producto como forma de proteger los recursos acuíferos.
Con la consigna “Si hay café en las alturas habrá agua en las llanuras”, los productores dijeron que este día los encuentra en las mismas condiciones de años anteriores o peores, por las constantes promesas de apoyo a programas de renovación, fomento y comercialización y el sistemático incumplimiento a estas por parte del estado dominicano y sus instituciones.
Puntualizaron que a esto se agrega la dispersión de recursos en múltiples instituciones, programas y proyectos, mientras el Instituto Dominicano del Café (INDOCAFE) carece de los recursos para hacer las inversiones necesarias para la recuperación del sector.
Hicieron un llamado al presidente Luis Abinader para poner en marcha un programa de renovación, fomento y mantenimiento de cafetales, con financiamientos y tasa de interés subsidiados, 4 años de gracia y 7 años para el pago, así como establecer incentivos para toda la cadena productiva del café a través del reconocimiento y pago de los servicios ambientales, fortalecer el Instituto Dominicano del Café (INDOCAFE) con recursos dirigidos a la producción y organizaciones de productores y otros actores de la cadena.
Al hablar en el encuentro, realizado en la Asociación de Caficultores Unidos para el Progreso (ASOCAUPRO), el presidente de la Confederación Cafetalera Dominicana (CONCAFED) sostuvo que la caficultura dominicana se encuentra en claro retroceso si se toma en cuenta el abandono de las fincas cafetaleras, el cambio del cultivo por otro más rentables y ganadería.
Ricardo Lespín de la Cruz aseguró que la situación va en detrimento del medio ambiente y las principales cuencas hidrográficas del país, como Yaque del Norte, Yaque del Sur y Cuenca Nizao, “las cuales tienen como soporte el bosque cafetalero para la preservación del agua, y más de 30 mil familias que dependen directamente de la actividad cafetalera”.
Sostuvo que esta actividad agropecuaria se encamina hacia su desaparición por falta de inversiones, por ausencia de planificación y de apoyo estatal, así como el ataque inmisericorde de la Roya del Cafeto, enfermedad que desde 2011 devastó las plantaciones tradicionales de café del país y algunas establecidas con variedades introducidas al país.
Reclamó apoyo al sector para sembrar más para suplir la demanda nacional y exportar el aromático grano a mercados tradicionales y nuevos nichos de mercados.
“En los últimos 10 años hemos pasado de producir 750 mil quintales de café a menos de 500 mil y a importar por encima de 400 mil quintales, solo para suplir la demanda nacional. En especial porque las plantaciones de café se caracterizan por la baja productividad debido a la edad de estas, la Roya y a causa del poco acceso que tienen los productores al financiamiento y a la tecnología”, exclamó.