EE.UU.- Al menos cuatro personas murieron en un tiroteo este lunes en Louisville, Kentucky, dijo la Policía en un informe desde el lugar de los hechos, mientras que otras seis fueron transportadas al hospital de la Universidad de Louisville, incluido un agente con “varias heridas”.
El estado de los heridos transportados al hospital se desconoce en este momento.
Un agente de Policía que se encuentra en la escena confirmó a medios internacionales que el atacante está muerto y se desconocen las circunstancias de su muerte. No hay peligro activo en este momento, dijeron.
Los agentes intercambiaron disparos con el tirador, que parecía ser un antiguo empleado del banco, pero no estaba claro cómo murió.
La policía inicialmente había informado de cinco muertos, pero luego rebajó el balance a cuatro.
El tiroteo se produjo en un edificio de East Main Street que alberga el Old National Bank. Se encuentra no lejos de Louisville Slugger Field, el campo de béisbol del equipo local, los Louisville Bats, una de las zonas más concurridas de esta ciudad situada en la frontera de Kentucky con Indiana y en la que viven unas 630.000 personas.
En lo que va de año se han producido 146 tiroteos masivos -definidos como incidentes en los que cuatro o más personas fueron tiroteadas o asesinadas-, según datos del Gun Violence Archive.
Además ha habido 90 tiroteos escolares -definidos como cualquier incidente en el que se descarga un arma en la propiedad de la escuela- en Estados Unidos en 2023, según la Base de Datos de Tiroteos en Escuelas K-12, un sitio web fundado por el investigador David Riedman. El último fue a finales de marzo en una escuela de Nashville, Tennessee.
Los llamamientos de Biden para que el Congreso restablezca la prohibición nacional de los fusiles de asalto, que existió entre 1994 y 2004, se han topado con la oposición de los republicanos, defensores acérrimos del derecho constitucional a portar armas y que cuentan con una estrecha mayoría en la Cámara de Representantes desde enero.
El estancamiento en Washington se ha producido a pesar de la indignación pública por masacres de alto perfil como la de la escuela primaria Sandy Hook en Connecticut en 2012, cuando murieron 26 personas, entre ellas 20 niños.
El asesinato en 2018 de 14 estudiantes y tres miembros del personal en Parkland, Florida, impulsó un movimiento nacional, liderado por jóvenes, para exigir controles de armas más estrictos, pero no logró impulsar una acción significativa en el Congreso.
Fuente: Externa