En la Catedral Primada de América se celebró esta mañana del Jueves Santo la Misa Crismal. La ceremonia, oficiada por S.E.R Monseñor Francisco Ozoria Acosta, Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo junto a sus obispos auxiliares, contó con la presencia de numerosos sacerdotes, diáconos y religiosos, quienes renovaron sus promesas sacerdotales y recibieron la bendición del Santo Crisma y otros óleos sagrados.
La misa fue amenizada por el coro de la Vicaría de Santo Domingo Oeste formado por miembros de diferentes parroquias, lo que contribuyó a crear un ambiente de recogimiento y espiritualidad.
La Misa Crismal es una de las celebraciones más importantes en la Iglesia Católica. Se lleva a cabo en la Semana Santa, específicamente el Jueves Santo, y es presidida por el Obispo de cada diócesis. Durante esta misa se bendicen los óleos sagrados que se utilizarán en diversos sacramentos a lo largo del año, como el bautismo, la confirmación, la unción de los enfermos y la ordenación de sacerdotes. Además, se renueva la consagración del clero al servicio de Dios y de la comunidad.
Es así como durante la homilía Monseñor Ozoria agradeció a los sacerdotes presentes: “Yo quiero dar muchas gracias a Dios por el trabajo, por la misión que ustedes están haciendo en toda esta arquidiócesis. ¿Qué sería de esta arquidiócesis si no contara con el trabajo de ustedes?, con esa entrega a la misión que ustedes están realizando. El obispo en una diócesis necesariamente tiene que contar con los sacerdotes para la misión, por tanto ¿Qué sería también del obispo, de los obispos si no contáramos con el trabajo de ustedes, con la misión realizada por ustedes? por eso tenemos que agradecer mucho a Dios en este día. El trabajo, la entrega que diariamente están realizando para la edificación del pueblo de Dios, para la construcción del Reino, ese Reino que es de paz, de justicia, de amor”.
Recordó además la realidad de haber sido ungidos para una misión: “…Hemos sido ungidos por el Señor, ¿para qué? para la misión, toda unción supone una misión, pues ahí está planteada la misión para llevar la buena noticia a los pobres, para levantar a los caídos, para proclamar un año de gracia del Señor”.
La Misa Crismal es una oportunidad para que toda la comunidad católica se una en un mismo espíritu y propósito, celebrando y reafirmando la importancia de estos sacramentos en la vida de cada persona. También es una ocasión para agradecer a los sacerdotes y obispos por su dedicación y servicio a la Iglesia y pedir por su fortaleza y perseverancia en su vocación.