EE.UU. RT ACTUALIDAD- El presidente de EE.UU., Donald Trump, lanzó un ataque cibernético contra varios sistemas informáticos iraníes la noche de este jueves mediante el Comando Cibernético de su país y fue dirigido contra un grupo de Inteligencia que tiene vínculos con la Guardia Revolucionaria de la República Islámica, informan varios medios estadounidenses, entre ellos The Washington Post y The New York Times.
Los ataques habían sido planeados durante varias semanas o incluso meses. Varias fuentes afirman que el Pentágono había propuesto lanzarlos después del ataque a dos petroleros en el golfo de Omán este mes. El Gobierno estadounidense concluyó que el incidente fue un ataque planificado, del que responsabiliza a Irán. Teherán, por su parte, niega categóricamente tener relación alguna con el suceso.
Los mismos medios informan de que una serie de sistemas informáticos de la República Islámica han sido golpeados, entre ellos aquellos que se cree que fueron utilizados por el grupo de Inteligencia que ayudó a planificar los ataques a los petroleros. Los sistemas que controlan los lanzamientos de misiles iraníes también se han visto afectados por el ataque cibernético estadounidense.
El sábado, el Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU. emitió la advertencia de que Irán ha aumentado sus actividades cibernéticas contra industrias críticas del país norteamericano, en particular energéticas y agencias gubernamentales, y que tiene el potencial de interrumpir o destruir sus sistemas.
La información sobre los ciberataques estadounidenses contra Irán fue reportada por primera vez este viernes por Yahoo News, que citaba varias fuentes de Inteligencia. También el viernes, el inquilino de la Casa Blanca afirmó que quiso atacar a Irán pero decidió cancelar la operación a diez minutos de su inicio tras ser informado de que provocaría la muerte de 150 personas. Más tarde, declaró que no pretende una guerra con el país persa, pero “si la hay, habrá una destrucción como nunca han visto antes”. Además, aseguró que no ha dado marcha atrás definitiva en su intención de bombardear Irán tras el derribo de un dron de vigilancia estadounidense, sino que solo ha detenido ese posible ataque momentáneamente.