Ciudad de Guatemala, Guatemala. Un tribunal de Guatemala debe dictar este miércoles la sentencia del juicio contra el expresidente Otto Pérez, un general retirado que llegó al poder en 2012 con la promesa de acabar con la corrupción y renunció tres años después por un fraude en las aduanas.
El Tribunal de Mayor Riesgo B de la capital, presidido por la jueza Irma Jeannette Valdés, será el encargado de emitir el fallo condenatorio o absolutorio.
Pérez renunció al cargo y fue encarcelado en setiembre de 2015 tras masivas manifestaciones.
El tribunal fallará también sobre su vicepresidenta Roxana Baldettil, quien renunció en abril de ese mismo año por el escándalo de corrupción.
El caso que involucra a Pérez, conocido como “La línea”, consistía en un sistema de evasión fiscal en las aduanas. Fue destapado por la Fiscalía local con el acompañamiento de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), un ente de las Naciones Unidas que apoyó el combate de estructuras criminales dentro del Estado.
El entonces jefe de la Fiscalía Especial Contra la Impunidad (FECI), Juan Francisco Sandoval, encabezó la investigación y es considerado como un “campeón anticorrupción” por Estados Unidos, pero ahora está exiliado en esa nación luego de ser separado del cargo por la fiscal general, Consuelo Porras.
Un total de seis fiscales antimafias han sido destituidos por Porras, a quien Washington incluyó en la llamada “Lista Engel” de personas del Triángulo Norte de Centroamérica implicadas en actos de corrupción o que socavan la democracia. Además, le prohibió ingresar a Estados Unidos.
El gobierno de Joe Biden afirma que Porras lleva adelante una campaña de persecución contra fiscales de la FECI y antiguos investigadores de la CICIG, la cual indagó prominentes casos de corrupción en el país entre 2008 y 2019.
Pese a los cuestionamientos a Porras en el país y el exterior, el presidente guatemalteco, Alejandro Giammattei, la ratificó en mayo para otros cuatro años como Fiscal General.
– Un parteaguas –
Para analistas, el juicio oral y público contra altos funcionarios y que inició hace unos once meses, rompe los esquemas y sienta “un hito en la historia” judicial de esta nación centroamericana.
“El caso La Línea es uno de los más paradigmáticos y es un parteaguas dentro de la historia guatemalteca y es importante para que de alguna forma la gente y el pueblo de Guatemala tengan justicia y que el caso no quede en la impunidad”, dijo a la AFP Edie Cux, director de Acción Ciudadana, capítulo local de Transparencia Internacional.
A su vez, el secretario ejecutivo de la Alianza por las Reformas, José Martínez, comentó a la AFP que una eventual condena será “una victoria para la ciudadanía que salió a manifestar su repudio contra la corrupción en 2015 y en años posteriores”.
Cux y Martínez coinciden que la absolución de Pérez no provocará grandes protestas debido al temor de ser reprimidas por las fuerzas de seguridad.
El expresidente ha reiterado su inocencia y asegura que su caso fue un golpe de Estado “blando” fraguado por la CICIG y los anteriores operadores de justicia, como Sandoval y la exfiscal general Thelma Aldana (2014-2018), también exiliada en Estados Unidos.
“Los casos de la CICIG fueron armados con un propósito ideológico-político y por supuesto adueñarse del poder en Guatemala”, afirmó.
Por último, calificó como “una violación, una aberración en Guatemala y cualquier parte del mundo” los siete años y tres meses que llevan detenidos en prisión provisional.
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