Reino Unido. El nuevo primer ministro británico, el conservador Rishi Sunak, aplazó la presentación de su plan presupuestario para tranquilizar a los mercados y se comprometió a reinstaurar una moratoria sobre la fracturación hidráulica el miércoles, en su primer día completo en el cargo.
Sunak, un multimillonario exbanquero de 42 años, nieto de inmigrantes indios, fue nombrado el martes jefe de gobierno en sustitución de la también conservadora Liz Truss.
Esta, investida el 6 de septiembre en reemplazo de Boris Johnson, dimitió la semana pasada, bajo la presión de los mercados y su propio partido, debido al caos financiero causado por sus polémicas políticas de recortes fiscales y ayudas públicas sin financiación en tiempos de altísima inflación.
Buscando calmar la inquietud de los mercados, su ministro de Finanzas, el ultraliberal Kwasi Kwarteng, había aceptado avanzar al 31 de octubre la presentación del presupuesto, previsto para el 25 de noviembre.
Pero Kwarteng acabó siendo destituido y remplazado hace dos semanas por el más moderado Jeremy Hunt, tras lo cual también Truss tuvo que dejar el poder después de verse empujada a suprimir, una a una, sus principales reducciones de impuestos.
Defensor de la ortodoxia presupuestaria, Sunak prometió corregir sus “errores” y devolver “la estabilidad y la confianza económicas”.
Pero para ello “habrá que tomar decisiones difíciles”, advirtió haciendo temer el retorno de la austeridad, con recortes presupuestarios y subidas de impuestos.
Con los mercados tranquilizados por su nombramiento, ya no es tan urgente presentar el presupuesto, defendió Hunt el miércoles, y prefirió darse más tiempo para su elaboración, aplazándolo al 17 de noviembre.
Según la prensa británica, Sunak, que fue ministro de Finanzas de Johnson, quiere participar personalmente en la elaboración de este plan económico clave.
– Moratoria a la fracturación hidráulica –
El flamante líder conservador se mostró seguro y sonriente el miércoles en su primera sesión semanal de preguntas al primer ministro en el Parlamento.
Esquivó los ataques de la oposición laborista, favorita en los sondeos, que reclama la convocatoria de legislativas anticipadas tras la segunda designación en dos meses de un jefe de gobierno sin elecciones: Truss mediante una votación en que participaron únicamente unos 170.000 afiliados del gobernante Partido Conservador, y Sunak, designado solo con el apoyo de unos 200 de los 357 diputados conservadores.
Según una encuesta de Ipsos, 62% de los votantes británicos, en un país de 67 millones de habitantes, quiere legislativas anticipadas antes de fin de año, en lugar de esperar principios de 2025, según una encuesta de Ipsos.
El Partido Conservador obtuvo con Johnson una aplastante mayoría legislativa en 2019, la mayor de la derecha británica en 40 años.
Buscando asentar su legitimidad, Sunak defendió aquel programa electoral como propio: “el mandato obtenido por el partido en 2019 no es la propiedad privada de un único individuo”, aseguró tras su nombramiento. “Es un mandato que nos pertenece y nos une”, afirmó, prometiendo cumplirlo.
En este sentido, el miércoles aseguró que reinstaurará la moratoria sobre la fracturación hidráulica, una muy controvertida técnica utilizada para producir gas y petróleo de esquisto, levantada el mes pasado por Truss.
El programa electoral conservador estableció hace tres años que la prohibición de la fractura hidráulica no debía levantarse hasta que “la ciencia demuestre categóricamente que puede hacerse de forma segura” sin provocar terremotos.
Pero Truss había decidido levantarla “para reforzar la seguridad energética” tras la invasión rusa de Ucrania, que afectó el aprovisionamiento de hidrocarburos en Europa, provocando la ira y preocupación de los ecologistas.
También Sunak se había declarado a favor de esta controvertida técnica hace unos meses “si las comunidades locales la apoyan”.
El líder conservador eludió asimismo el miércoles responder si subirá las ayudas sociales al mismo nivel que la inflación, que supera ya el 10% provocando una acuciante crisis por el coste de la vida.
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