El nuevo descubrimiento arqueológico en el corazón de Roma es sensacional, afirman los expertos. Ha salido a la luz de forma casual, después de estar oculta durante dos mil años, una sala suntuosa y totalmente decorada de la Domus Aurea, la colosal residencia que el emperador Nerón mandó construir en el año 64 d. C, después del incendio que destruyó la capital italiana.
Se trata de una estancia abovedada de planta rectangular, bien conservada, revestida, sobre fondo blanco, de frescos con elegantes figuras subdivididas en recuadros bordados de rojo, verde y de amarillo ocre. En uno aparece el dios Pan, identificado como un fauno en la mitología romana; en otra parte está representado un guerrero armado con espada, escudo y aljaba con flechas en combate contra una pantera. Hay, además, figuras acuáticas estilizadas, centauros, guirnaldas vegetales y ramos con delicadas hojas verdes, amarillas, rojas, junto a otros adornos de flores y fruta.
La estancia ha sido bautizada como Sala de la esfinge, porque esa es la figura mitológica que aparece solitaria en la bóveda. «En la oscuridad durante casi veinte siglos, esta sala es reflejo de la atmósfera que se respiraba en tiempos de Nerón», afirma la directora del Parque Arqueológico del Coliseo, Alfonsina Russo.
«Ahora el objetivo es excavar la Sala de la esfinge totalmente»
El descubrimiento de este tesoro ha sido casual, durante una normal jornada de trabajo para poner en seguridad la Domus Aurea. Así lo cuenta el arqueólogo Alessandro D’ Alessio, responsable del espacio: «Estábamos en el llamado ambiente o sala 72 –una de las 150 actualmente conocidas de la legendaria residencia de Nerón–. Habíamos montado los grandes andamios hasta una altura de diez metros para trabajar sobre la seguridad y consolidación de las estructuras de los muros, cuando desde lo alto de esos andamios hemos localizado una hendidura desde la que se percibía otro espacio».
Las lámparas que los técnicos tenían a mano para iluminar los andamios, ayudaron al descubrimiento. «Con las luces artificiales –añade Alessandro D’ Alessio– nos apareció la bóveda de una sala adyacente completamente cubierta de frescos».
La sala estaba prácticamente sepultada bajo quintales de tierra. Fue el emperador Trajano el que ordenó enterrar la residencia del odiado Nerón para construir unas termas. «Ahora el objetivo es excavar la Sala de la esfinge totalmente. Podría ofrecernos una puerta hacia otros ambientes», explica la arqueóloga Alfonsina Russo. Sin duda, las expectativas son muy altas.
Fuente: ABC