El gobierno y representantes de sindicatos y organizaciones ciudadanas iniciaron este jueves una “mesa única” de diálogo para poner fin a las manifestaciones y cortes de vías en Panamá, con “propuestas concretas” para enfrentar el alto costo de vida y la corrupción.
“No tengo absolutamente ninguna duda que a través de un diálogo sincero y respetuoso podemos llegar a soluciones viables”, señaló el presidente panameño, Laurentino Cortizo, durante la instalación de la mesa de diálogo en Penonomé, 150 kilómetros al suroeste de Ciudad de Panamá.
En su intervención, el mandatario expresó el deseo de llegar a “consensos y buenos resultados” y pidió a los manifestantes reabrir todas las vías para permitir la actividad comercial que impulse el crecimiento económico y la generación de empleo. Además, saludó que ya se hayan levantado la mayoría de cortes.
“No tiene sentido afectarnos a nosotros mismos”, afirmó el mandatario, quien advirtió que durante las protestas “el vandalismo y acciones contrarias a las leyes van a ser sancionadas”.
Uno de los primeros ofrecimientos de Cortizo fue que su gobierno pedirá a la Asamblea Nacional, de mayoría oficialista, la derogatoria de leyes que otorgaban millonarios créditos fiscales a proyectos turísticos, cuestionados por los manifestantes, que pedían reorientar esos recursos a salud o educación.
“Esperamos que el gobierno venga con respuestas concretas a las necesidades fundamentales que tiene la población”, dijo Saúl Méndez, secretario general del sindicato de la construcción, Suntracs, uno de los convocantes de las protestas.
Las organizaciones piden una rebaja y congelamiento de los precios de la canasta básica, combustible, energía, medicamentos, la inversión del 6% del PIB en educación pública y abordar el futuro del sistema de salud estatal.
También exigen tomar medidas contra la corrupción, en medio de fuertes críticas ciudadanas por los sueldos de altos funcionarios y el despilfarro de los recursos públicos.
Tras la instalación, el diálogo continuó entre ministros y representantes de los manifestantes.
– Abastecimiento –
Desde hace más de dos semanas, Panamá es escenario de múltiples manifestaciones y cortes de carretera en todo su territorio. Este jueves aún se producían cortes breves en algunas vías de la capital.
El cierre de carreteras por las protestas ocurre principalmente en la vía Panamericana, que conecta a Panamá con Costa Rica y es la principal ruta del comercio y transporte de mercancías en el país, lo que ha provocado desabastecimiento.
Un corte de vías evitó el miércoles que una caravana de más de 200 camiones pudiera llegar a la capital panameña con cientos de toneladas de alimentos frescos provenientes de la provincia de Chiriquí, en el extremo oeste del país y considerada el granero de Panamá.
Los manifestantes se desvincularon del hecho y señalaron a dos ciudadanos con vinculaciones con partidos políticos como promotores de esta actividad. Las autoridades ordenaron su detención.
La Caja del Seguro Social advirtió que los bloqueos también están afectando el abastecimiento de medicamentos e insumos médicos.
– Mesa Única –
Los manifestantes exigen al gobierno de Cortizo que tome medidas contra el aumento de la inflación y la corrupción, en la mayor crisis social desde la invasión estadounidense de 1989.
Gremios empresariales calculan que las pérdidas por los cortes de vías han sido de unos 500 millones de dólares en 10 días.
En el diálogo, con la mediación de la Iglesia católica, participan, además del gobierno, la Alianza Nacional del Pueblo Organizado (Anadepo), que aglutina a la mayoría de organizaciones convocantes de las protestas, la Alianza Pueblo Unido por la Vida, de sindicatos de izquierda y representantes de comunidades indígenas.
“Lo que estamos haciendo en esta mesa es por los que están allí en las calles, que han estado golpeados, por los que están sufriendo” dijo Luis Sánchez, dirigente de Anadepo, al inicio del diálogo.
Acuerdos previos entre el gobierno y algunas de esas organizaciones fueron desconocidos por los manifestantes pocas horas después de suscritos, al considerarlos insuficientes y excluyentes.
Para calmar los ánimos, el presidente Cortizo bajó en un primer momento de 5,20 dólares a 3,95 el precio del galón de gasolina (3,78 litros), pero la medida fue rechazada. Luego se ofreció una rebaja a 3,25 dólares, que rige actualmente.
Pese a su economía dolarizada, altas cifras de crecimiento económico e ingresos por más de 2.000 millones de dólares anuales provenientes del Canal, Panamá tiene uno de los mayores índices de desigualdad del mundo, con deficientes servicios públicos de salud, educación y acceso al agua potable en algunas zonas.