Los Angeles, Estados Unidos | Un enorme incendio avanza arrasando miles de kilómetros de vegetación en el estado de Nuevo México, en el oeste de Estados Unidos, al tiempo que la sequía crónica en la región agrava la situación esta semana.
Bautizado como “Hermits Peak”, el incendio ha devorado más de 600 km2 en el sur del estado, y ha destruido unas 170 construcciones. Casi 16.000 hogares han sido evacuados desde el 6 de abril, cuando comenzaron las llamas.
“Este es un incidente climático histórico. Es un momento crítico del incendio”, dijo este viernes la gobernadora de Nuevo México, Michelle Lujan Grisham.
La gobernadora agregó que las condiciones climáticas, con altas temperaturas y vientos extremos, “son las peores posibles” para el fuego que sólo ha sido controlado en un 20%.
Hace un mes las llamas comenzaron como un fuego prescrito, los incendios controlados para limpiar el exceso de vegetación en áreas delimitadas. Pero las llamas se salieron de control debido a los fuertes vientos y a la extrema sequía, informaron las autoridades.
La estación de incendios en el oeste de Estados Unidos mal comienza. Pero “Hermits Peak” es ya el segundo mayor incendio en la historia de Nuevo México, que ha visto arder en lo que va de año más de mil kilómetros cuadrados de vegetación, un valor próximo al promedio de la región para un año entero.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, decretó estado de catástrofe natural en Nuevo México, lo que facilitará la recepción de recursos logísticos y financieros para combatir las llamas y atender a la población afectada.
Siete incendios se despliegan por el estado, impactado por la sequía histórica que durante años ha dejado vastos territorios resecados y vulnerables al fuego en la región, favoreciendo la propagación de las llamas.
El cambio climático, provocado por la acción humana y el uso de combustibles fósiles, agrava los ciclos, y la sequía impacta también el abastecimiento de agua.
Los reservorios de la región han llegado a niveles críticos, al punto de que en el lago Mead, en su nivel más bajo desde 1937, fue descubierto recientemente un barril con el cadáver de una persona asesinada en la década de 1980.
Casi todos los embalses de los estados del oeste de Estados Unidos están muy por debajo de los niveles normales, según números oficiales.
“En California, los dos mayores embalses del estado se encuentran en niveles dramáticamente bajos al comenzar la estación seca”, con el lago Shasta al 40% y el lago Oroville al 55%, de acuerdo con un informe semanal sobre sequía.