El Fondo Monetario Internacional ha mejorado ligeramente este martes su previsión de crecimiento para América Latina y el Caribe a 2,5% para 2022, en medio de una gran incertidumbre debido a las “ondas sísmicas” provocadas por la guerra en Ucrania.
“Se prevé que el crecimiento general de la región se modere a 2,5% durante 2022–23”, una cifra que representa una mejora de 0,1 puntos porcentuales respecto a las previsiones de enero para este año, afirma el FMI en su últimos pronósticos para 2022.
El organismo hace hincapié en que la situación internacional variable hace que las previsiones “sean aún más inciertas de lo habitual”.
Para Brasil, la mayor economía regional, el FMI vaticina un crecimiento de 0,8% en 2022 (+0,5 puntos respecto a previsiones de enero) y de 1,4% en 2023 (-0,2 puntos), mientras que México, segunda economía regional, crecería 2% este año (-0,8 puntos) y 2,5% el que viene (-0,2 puntos).
América Latina y el Caribe tiene menos vínculos directos con Europa que otras regiones pero aún así se verá afectada por la inflación y el endurecimiento de las políticas monetarias, advierte el FMI.
Incluso antes de que Rusia invadiera Ucrania, la inflación había aumentado en muchos economías debido al incremento de los precios de las materias primas y los desequilibrios de oferta y demanda inducidos por la pandemia.
Algunos bancos centrales de los mercados emergentes, como los de América Latina, “ya estaban bajo presión antes la guerra”.
La escasez de suministros provocada por la guerra “amplificará en gran medida esas presiones, en particular a través de aumentos en el precio de la energía, los metales y los alimentos”, alerta.
“En mercados emergentes y en las economías en desarrollo, los aumentos en los precios de los alimentos y los combustibles podrían subir significativamente el riesgo de disturbios sociales”, advierten los autores del informe.