El gobierno de Colombia extraditará en las próximas semanas a Estados Unidos al capo del narcotráfico “Otoniel”, tras el visto bueno de la justicia para su entrega, anunció este viernes el presidente, Iván Duque.
El mandatario firmó la orden para que el poderoso líder del Clan del Golfo, recluido en una cárcel de Bogotá, comparezca ante una corte del Distrito Sur de Nueva York.
“Hoy se ha firmado esa extradición, se deben surtir ahora los tiempos de ley pero lo cierto es que este delincuente se va extraditado”, dijo a los medios el mandatario conservador.
Duque estimó un plazo de “aproximadamente 10 días hábiles” para su entrega a la justicia estadounidense.
El gobierno examinará un último recurso de apelación de la defensa de Otoniel, el barón de las drogas más poderoso de este siglo en Colombia.
Luego de meses de persecución por la selva, el capo de 50 años fue detenido en octubre de 2021 durante una megaoperación policial en el noroeste de Colombia, cerca de la frontera con Panamá.
El miércoles un alto tribunal dio luz verde a la extradición de Dairo Antonio Úsuga, el nombre real de Otoniel, quien desde 2009 es requerido por narcotráfico en Nueva York.
Víctimas del Clan del Golfo consideran que la salida del capo vulnera sus derechos a la verdad y reparación, por lo que protestaron contra la inminente extradición.
“Una vez cumpla su pena por narcotráfico tendrá que venir a Colombia a cumplir las condenas por los crímenes que también ha cometido en nuestro país”, matizó Duque.
La justicia colombiana lo acusa de homicidio, terrorismo, reclutamiento de menores, secuestro y delitos sexuales entre otros crímenes que habría cometido durante su larga carrera criminal.
Otoniel fue guerrillero y después paramilitar antes de convertirse en jefe del Clan del Golfo, responsable del tráfico de cerca de un tercio de la cocaína colombiana que sale al exterior.
Pese a que Estados Unidos ha apoyado a Colombia en casi medio siglo de lucha contra las drogas, sigue siendo el mayor productor y vendedor mundial de cocaína. Varios cabecillas del narco han sido extraditados y condenados en Estados Unidos desde la década de 1990, sin que eso haya significado el fin de las mafias.