Hasta ahora, la vacunación contra el covid-19 se ha enfocado en la población adulta, sobre todo en los mayores de 60 años, que son quienes tienen más probabilidades de sufrir consecuencias graves o morir a causa de esta enfermedad.
En el extremo opuesto están los niños, el grupo etario que menos riesgos corre a causa del coronavirus.
Si bien un pequeño grupo de menores infectados -se estima que 1 de cada 5.000- desarrolla una rara pero grave enfermedad llamada síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico (o PIMS, por sus siglas en inglés), la vasta mayoría padece síntomas muy leves o es asintomática.
No obstante, varios países empezaron a vacunar a sus niños, luego de que algunos fabricantes de vacunas confirmaron que son seguras para los menores.
La estadounidense Pfizer probó su vacuna con éxito en menores a partir de los 12 años, y las dos vacunas chinas, Sinovac y Sinopharm, se aprobaron para mayores de 3.
Estos países no solo están vacunando a los niños que tienen un mayor riesgo por tener condiciones preexistentes. La mayoría vacuna a toda su población infantil a partir de los 12 años, aunque algunas naciones incluso están vacunando a edades más tempranas, como los 2 o 3 años.
¿A qué se debe?
Existe una serie de motivos que han llevado a estos países a decidir inocular a su población más joven.
Reino Unido, que acaba de recomendar que los chicos de entre 12 y 15 años reciban una dosis de la vacuna Pfizer, justificó su decisión afirmando que esto debería evitar interrupciones en su educación.
La decisión del gobierno británico se dio luego de que el comité científico que lo asesora se opusiera a vacunar a niños sanos solo por motivos de salud, afirmando que el virus representa una amenaza muy baja para ellos.
El director médico de Inglaterra, Chris Whitty, dijo que fue una “decisión difícil”, pero que perder tiempo de escuela “ha sido extraordinariamente difícil para los niños”, especialmente en las zonas más desfavorecidas del país.
Agregó que la interrupción prolongada de la escolaridad puede causar problemas de salud mental y tener efectos a largo plazo.
Una encuesta publicada en julio por la Oficina Nacional de Estadísticas de Reino Unido había mostrado que casi 9 de cada 10 padres estaban de acuerdo con vacunar a sus hijos.
El gobierno británico espera que esta medida sirva para ayudar a frenar la propagación de la variante delta, la más contagiosa del coronavirus, que ha causado una nueva ola de infecciones en ese país.
Señalan que una sola dosis reduce el riesgo de contraer esta variante -si se entra en contacto con ella- en aproximadamente un 55%.
También reduce las posibilidades de enfermarse con gravedad y de contagiar el virus.
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Variante delta
Los estragos que está causando la variante delta también explican por qué varios otros países empezaron a vacunar a sus menores.
Estados Unidos y Canadá empezaron a vacunar a niños, a partir de los 12 años, en mayo pasado.
Según el último informe del Centro para el Control de Enfermedades (CDC, en inglés), la cantidad de niños hospitalizados con covid-19 en EE.UU. es de 3,4 a 3,7 veces mayor en los estados que menos han vacunado a su población.
Algunas juntas escolares en ese país incluso decidieron que la vacuna sea obligatoria para que los niños de 12 años o más puedan asistan a clases, algo que ha sido objetado por algunos padres.
La farmacéutica Pfizer ya ha empezado a testear su vacuna en niños de 5 a 11 años, y se espera que esos resultados estén listos este mes.
El presidente Joe Biden ya señaló que las vacunas para ese grupo etario estarán disponibles “pronto” después de que los reguladores revisen los datos clínicos.
China, que también enfrenta un aumento de casos por la variante delta, aprobó la inoculación de niños a partir de los 3 años en junio pasado, con las vacunas Sinovac y Sinopharm.
Se convirtió así en el primer país en permitir la vacunación de un grupo de edad tan joven, seguido por Emiratos Árabes Unidos en agosto, que también empezó a vacunar a niños desde los 3.
El gigante asiático empezó a vacunar a menores de entre 12 y 17 años a principios de 2021 y para mediados de agosto ya había administrado 60 millones de dosis a ese grupo etario, según la Comisión Nacional de Salud.
Ahora un nuevo brote, que según los medios locales está “centrado en las escuelas”, ha llevado a algunos expertos a pedir que el programa de vacunación se amplíe para cubrir a los niños de entre 3 y 12 años.
Inmunidad de rebaño
El periodista especializado en Salud de la BBC Jim Reed señala que China se ha fijado como objetivo vacunar al 80% de sus 1.400 millones de habitantes para fin de año, “una cifra imposible de cumplir sin inocular a un gran número de menores de 18 años”.
Lo cierto es que, si bien los chicos no suelen padecer formas graves de covid-19, siguen siendo una vía de contagio.
Y en algunos países donde una gran proporción de los adultos ya está vacunada, los niños representan una importante fuente de infección.
Esto explica por qué varios países de la Unión Europea (UE) empezaron a vacunar a menores de entre 12 y 15, luego de que la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) aprobara el uso de la vacuna Pfizer para esas edades en mayo.
Alemania, que solo permitía la vacunación de menores con problemas de salud previos, en agosto extendió su programa de vacunación para incorporar a todos los niños de 12 en adelante.
En tanto, España, Dinamarca y Francia ya han vacunado a la mayoría de su población de esa edad con al menos una dosis.
Las autoridades francesas informaron que, a partir de octubre, todos los adolescentes deberán presentar evidencia de que han sido vacunados o que tienen una prueba negativa de coronavirus para acceder a lugares como cines, museos, restaurantes y centros comerciales, como ya ocurre con los adultos.
Otro país que aplica un sistema similar -llamado “pase verde”- es Israel, una de las naciones que más rápido logró vacunar a la mayor parte -casi el 90%- de su población adulta.
En medio de un fuerte aumento de casos por la variante delta, en junio el país empezó a vacunar a los chicos a partir de los 12 años, edad que se redujo a los 3 a mediados de agosto.
También empezó a requerir que los niños de esas edades muestren su pase verde para poder acceder a muchos lugares cerrados, incluyendo bibliotecas, gimnasios y piletas.
América Latina
Varios países latinoamericanos también están vacunando a su población más joven.
Uruguay fue el primero en empezar a inocular a menores de entre 12 y 17 años con la vacuna Pfizer a comienzos de junio.
Chile, que al igual que Uruguay también tiene una de las mayores tasas de vacunación del mundo, comenzó a hacer lo propio unas semanas después.
El pasado 13 de septiembre el país se convirtió en el primero de Sudamérica en dar luz verde a la inoculación de menores de hasta 6 años, con la vacuna de Sinovac.
Los primeros en ser vacunados son quienes tienen comorbilidades, pero a partir del 26 de septiembre se vacunará a todos los menores de esa edad.
“Los niños también se pueden enfermar. Un 12% de los casos que hemos tenido en nuestro país durante este año y medio son niños menores de 18 años”, explicó la subsecretaria de Salud Pública chilena, Paula Daza.
La funcionaria destacó que las vacunas “son seguras, eficaces y, además de proteger a cada una de las personas, son un acto solidario”.
Argentina, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Panamá, Paraguay, Perú y República Dominicana también empezaron a vacunar a niños con comorbilidades a partir de los 12 años, entre junio y julio.
Algunos luego extendieron la cobertura a todos los menores de esa edad.
A mediados de septiembre, el presidente salvadoreño anunció que empezarían a vacunar a niños más pequeños, a partir de los 6 años.
En tanto, Cuba se convirtió a principios de mes en el primer país del mundo en vacunar a niños a partir de los 2 años.
Las autoridades sanitarias empezaron a administrar a los menores la vacuna Soberana 02, producida en la isla.
El programa de vacunación pediátrico coincidió con el inicio del ciclo escolar, aunque la educación se ha mantenido en formato virtual.
El presidente Miguel Díaz-Canel señaló a través de un comunicado que el objetivo es llegar a noviembre con más del 90% de la población vacunada.