EE.UU. BBC MUNDO- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este viernes que se llegó a un acuerdo para reabrir el gobierno durante tres semanas, tras 35 días de cierre parcial, un récord en la historia del país.
Y a última hora de la tarde, ambas cámaras del Legislativo aprobaron la ley presupuestaria que sirve para consagrar el fin del "shutdown" como lo llaman en inglés.
El cierre parcial del gobierno de EE.UU. comenzó el 22 de diciembre pasado y se estima que ha afectado a más de 800.000 empleados federales.
Lo que supone que Trump renunció a su exigencia de que se incluyeran los US$5.700 millones para financiar el muro, una promesa de campaña.
Los demócratas se habían negado de plano a financiar el muro de Trump y pedían que se pusiera fin al cierre de gobierno mientras se negociaban las medidas para reforzar la seguridad en la frontera.
15 de febrero
Cuando este viernes se cumplían 35 días de cierre, Trump explicó desde la Casa Blanca que el acuerdo dará financiación al gobierno hasta el día 15 de febrero.
El mandatario aseguró que se pagará a los funcionarios que no cobraron su sueldo estos días y consideró que se comportaron como "increíbles patriotas".
Trump también dijo que, en esta ocasión, había rechazado recurrir a "una alternativa más potente", en aparente alusión a la opción de declarar una emergencia nacional.
Esa acción le permitiría redirigir fondos de las fuerzas armadas a construir el muro en la frontera sur, pero ello generaría desafíos legales.
No obstante, el presidente añadió: "Realmente, no tenemos otra opción que construir un poderoso muro o una barrera de metal. Si no conseguimos un pacto justo por parte del Congreso, el gobierno se cerrará el 15 febrero otra vez".
"O utilizaré los poderes que me otorga la ley y la Constitución de Estados Unidos para gestionar esta emergencia".
¿Qué pasará ahora?
Tras el anuncio del presidente, el líder republicano en el Senado, Mitch McConnell, dijo que espera que los demócratas cumplan sus promesas de negociar "de buena fe" sobre seguridad fronteriza.
Su par demócrata, Chuck Schumer, se mostró optimista en torno a un futuro acuerdo.
"Sinceramente espero que este proceso pueda resultar en algo que sea bueno para el país y aceptable para ambas partes", señaló Schumer.
El político explicó que, pese a que demócratas y republicanos no están de acuerdo en algunos detalles, ambos concuerdan en otros, como en la necesidad de "fortalecer la seguridad en nuestros puertos de entrada".
En una conferencia de prensa conjunta con Schumer, la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, manifestó: "No puedo garantizarle al público lo que hará el presidente, pero debo decir que yo me sientooptimista".
Una breve retirada
Durante más de un mes, Donald Trump insistió que no apoyaría la reapertura del gobierno federal sin fondos para su muro fronterizo.
Este viernes, cuando los efectos del cierre parcial hicieron tambalearse el sistema de aviación estadounidense, el presidente dio marcha atrás.
Antes de que todo esto comenzara, el líder republicano en el Senado Mitch McConnell supuestamente advirtió al presidente de que no había una opción clara para desbloquear la situación con los demócratas, quienes -impulsados por susvictorias electorales de noviembre- no cederían.
El astuto senador de Kentucky, con unas cuantas victorias legislativas a sus espaldas, tenía razón.
Lo ocurrido ahora debe ser un triste consuelo para los congresistas republicanos, que han visto cómo su partido -y el presidente- asumió la culpa del impasse. Y ahora abre la puerta a un frenético periodo de tres semanas de negociaciones para conseguir un acuerdo en seguridad fronteriza.
Si los trabajadores federales han estado sufriendo por el cierre parcial, este acuerdo temporal les da un respiro.
En tres semanas, no obstante, otro cierre se asoma. O, como el presidente advirtió, Trump podría declarar la emergencia nacional y llevar así la batalla de la frontera a los tribunales.
En cualquier caso, el presidente ha protagonizado una retirada. Pero la batalla está lejos de terminarse.
35 días de cierre parcial
Alrededor de 800.000 funcionarios públicos siguieron sin poder cobrar su sueldo este viernes.
Además, cientos de vuelos registraron retrasos o fueron cancelados en diversos aeropuertos del país, por la cantidad de controladores aéreos que no fueron a trabajar por "enfermedad".
En el Senado, el demócrata Bernie Sanders llamó también la atención sobre otros trabajadores que tampoco fueron pagados por sus servicios y a los que no ampara ninguna ley para "garantizar que reciban su dinero".
"Qué triste es que, después de todo este sufrimiento, toda la incertidumbre a la que se han enfrentado nuestros empleados federales, estemos en el mismo punto en el que estábamos hace cinco semanas", consideró el prominente político.
Fuente: BBC MUNDO