Jim Carter deja huella como mayordomo de "Downton Abbey"

Jim Carter deja huella como mayordomo de "Downton Abbey"

Después de todo esta es la saga de un noble castillo y aquellos que lo habitan durante las primeras décadas del siglo XX en Gran Bretaña, y el señor Carson es la persona con el poder para hacer que funcione la casa. Cubre el hueco entre la élite en los pisos superiores y los sirvientes atareados en los pisos inferiores. Su palabra, más allá de las políticas y caprichos del aristocrático clan Crawley, es ley para aquellos bajo su mando.

Carter hace que el mal humor de Carson sea heroico y su sentido inquebrantable del deber adorable para el espectador.

Ahora que “Downton” regresa para su sexta y última temporada (el domingo a las 9 pm hora del Este en “Masterpiece” de PBS), la humanidad del señor Carson quedará expuesta más que nunca pues su cortejo dolorosamente distante con la ama de llaves, la señora Hughes (interpretada por Phyllis Logan) finalmente florece.

“Fue el romance que más lento se cocinó en todos los tiempos”, dijo Carter riendo. “Pero al parecer el público quería que pasara, y nosotros también”.

Lo que ocurre, incluyendo un interludio improbable en el primer episodio “que esperamos que derrita varios corazones en el país”, es sólo una de varias resoluciones mientras la serie llega a la mitad de la década de 1920. ¿Cuál será el destino del patrimonio en problemas de Downton Abbey, mantenido por Lord y Lady Crawley (Hugh Bonneville y Elizabeth McGovern) cada vez con menos seguridad? ¿La obstinada hija Lady Mary (Michelle Dockery), se negará a darle el sí a su más reciente pretendiente? ¿El ayudante de cámara Bates (Brendan Coyle) y su esposa, la jefa de las sirvientas Anna (Joanne Froggatt), verán su sueño de paternidad cruelmente arrebatado?

Los espectadores han esperado esta y otras respuestas de un drama de época que desde su debut en Estados Unidos hace cinco años se ha mantenido como todo un fenómeno cultural.

Para el británico Carter, de 67 años, el camino a “Downton” comenzó hace mucho, cuando dejó de estudiar derecho en la Universidad de Sussex y se unió a una compañía de teatro un acto que compara con “una puerta a la tierra prometida”.

Tras esto comenzó a trabajar en teatro, cine y televisión en una carrera que lo ha mantenido ocupado y feliz disfrutando el proceso de interpretar cada papel, libre de preocupaciones sobre cómo se verá el producto final ante los críticos y el público.

“No tengo ambiciones en el mundo de la actuación”, explica. “Simplemente tengo que salir de casa y trabajar y estar con gente”.

Tras hacer la audición para el señor Carson, pensó que sería agradable quedarse con el papel, “salí pensando ‘debería quedar muy cerca si no me lo dan”’.

Una de las cosas que le gustaba más era cómo lo almidonado de Carson tenía un lado humorístico.

Julian Fellowes, quien creó “Downton Abbey” y escribió cada uno de los episodios, “sabe que es gracioso”, dijo Carter, “cuando mi personaje dice cosas como ‘¡¿una sirvienta en el comedor con el duque?! ¡Sobre mi cadáver!’ a mí me encanta interpretar esos momentos”.

Pero simplemente al abrir la puerta del comedor y decir “la cena está lista mi lady”, Carter (como el actor que lo interpreta) logra una figura imponente. Es un hombre de complexión robusta con un rostro expresivo y lo más importante de todo, su voz: vibrante, estentórea, una amenaza para cualquiera que la escuche.

“No puedo cantar, no estoy entonado”, dice Carter cuando le preguntan sobre su poderosa voz, aunque acepta, “es fuerte”. Y resulta que también tiene otras ventajas: “Mi amigos me solían pasar a bebés llorando para abrazarlos y tararear, la vibración de mi pecho los hacía dormir”.

Su presencia ha vuelto a Carter uno de los personajes más distintivos de “Downton” para los admiradores en el mundo.

De alguna manera logró pasar desapercibido de su hotel en Manhattan a Herald Square. “Pero en Boston me detuvieron 30 veces”, dijo. “En Nashville, Tennessee, Camboya, Gana. Tras 45 años de actuar ‘Downton’ es un regalo inesperado porque nunca he trabajado por la fama o el dinero”.

El enfoque de “caravana gitana” en su carrera le ha evitado sufrir por su inminente partida de “Downton”, incluso mientras grababa la última escena con un grupo de colegas en el salón donde comen los sirvientes.

“Cuando terminamos los otros actores estaban llorando y yo pensé ‘¡por Dios!’ Pero cuando los productores salieron para agradecerles, pensé ‘tenemos que agradecer al equipo de producción también, porque han estado con nosotros a cada momento’ Así que dije ‘chicos, su gran trabajo y su destreza…’ y de repente no podía hablar, comencé a llorar con los otros actores y todos esos tipos enormes con tatuajes del equipo a los que se les salían las lágrimas”.

“Definitivamente no había esperado eso”, dice Carter pensativo.

De algo pueden estar seguros los admiradores pues también derramarán lágrimas antes de que llegue el final de “Downton”.